Una de las máximas que defienden las distintas campañas de apoyo al comercio local que ha puesto en marcha el Ayuntamiento, es la posibilidad de encontrar todo lo necesario en el municipio sin necesidad de ir a la capital. Con esta premisa, ha nacido la ‘Taberna 1930: La Cañamera’, que pretende convertirse en una alternativa a los clásicos establecimientos de la capital en los que, en espacios reducidos y ambientes familiares, pueden encontrarse gran variedad y calidad de vinos, tanto tintos como blancos, tapas tradicionales y chacinas de calidad a bajo precio servidas en papel de estraza.

En este sentido, Pedro Manuel Castro y Javier Ramírez vieron una oportunidad de negocio y montaron este establecimiento en un local coqueto, en la calle Natividad Morales Muñoz, junto al Centro Cultural de La Villa. “Es una máxima que el cliente se sienta a gusto, con un trato familiar y que encuentre la calidad y el precio que demanda de este tipo de establecimientos sin necesidad de tener que irse a Sevilla”.

Al principio se multiplica el trabajo, y ellos tienen que encargarse de todo, desde el pedido de los suministros, hasta la atención al público, la cocina, actualizar la carta, pero se muestran satisfechos con la acogida que ha tenido el local desde su apertura el pasado 28 de febrero. “De momento, le damos un once sobre diez, porque la taberna se ha llenado, con un ambiente muy sano, conviviendo familias, personas mayores y grupos de jóvenes, que nos permiten ser muy optimistas, a pesar de que en este tipo de negocios tienes que reinventarte día a día e innovar en todos los aspectos”. De hecho, a principios de abril, van a incorporar a un trabajador al equipo, debido a la alta demanda que están registrando hasta la fecha y no descartan abrir nuevos establecimientos de la misma línea en otros lugares de La Rinconada o en otros municipios de la corona metropolitana.

Respecto al nombre, eligieron ‘Taberna 1930: La Cañamera’, porque en esa década empezó a surgir el barrio de San José, con la estación de ferrocarril y la fábrica de Cáñamo. “San José va a cumplir un siglo y ya existe historia y tradiciones que queremos poner en valor”.

Sus propietarios cuentan que tuvieron todas las facilidades del mundo para abrir su negocio, tanto por parte de la Administración Local como de los proveedores y el dueño del local, que es alquilado.

En la carta, los platos estrella a día de hoy son los panes de la casa, especialmente el de salmorejo, jamón y huevos de codorniz, así como el “montaíto de carrillá”. También hay un gran surtido de quesos y patés, servidos con un gusto exquisito de una forma tradicional sin olvidar el maridaje que permite la innovación culinaria. Y, por supuesto, todo ello a un precio para no salir de San José.