Se le pueden poner muchos calificativos al duelo disputado en el Manuel Leonardo Ventura entre el Pilas y el Rinconada. Se trataba de un auténtico choque de trenes, de un duelo en la cumbre, de un partido a cara de perro o de uno de esos partidos que permiten escribir la historia.

Y lo cierto es que, aunque a los de Andrés Millán les salió cruz, lo más importante es que el cuadro rinconero sigue dependiendo de sí mismo y, si gana todos los envites que le quedan, será equipo de Primera Andaluza la temporada que viene.

La primera parte deparó un fútbol poco fluido, pero pleno de emoción, tensión y polémica, con reparto de ocasiones a partes iguales. Un disparo alto de Selu fue la mejor opción del Rinconada que, en la recta final del primer acto, vio como el colegiado señalizaba un penalti a su favor, pero rectificaba a instancias de su juez de línea, que había decretado antes un muy justo fuera de juego.

En la segunda parte, antes de que el Rinconada pudiera asentarse en el campo, Bueno adelantó a los locales y obligó a los de Millán  a remar contra corriente. Los blanquiazules lo hicieron, dieron un paso al frente y pusieron en serios aprietos al Pilas, obligando a lucirse al meta Alonso. Aunque el asedio visitante crecía, lo que iba a llegar sería el segundo tanto local, que deja el goal average particular entre ambas escuadras favorable a los pileños. Quique marcaba el 2-0 con el que, finalmente, acabaría el partido.

La próxima semana –excluyendo el domingo de Feria-, en casa, ante el Puebla, será otra historia.