El San José necesita a un central. Lo necesitaba cuando ganaba y cuando pierde es más evidente. Resulta complicado salir a un campo como el Municipal Alameda con dos laterales zurdos reconvertidos como pareja de centrales. Y no precisamente altos. Está Luismi, sí, pero cuando falta el equipo sufre como le pasó frente al Morón de Alfonso Lozano.

El 1-0 fue un balón que Gordi baja dentro del área, se dio la vuelta con Loren encimándole pero sin poder arrebatarle el balón y batió a Iván a la media vuelta. El segundo fue un balón jugado a la espalda de la defensa tras una pérdida de balón. Una contra con los defensas mal colocados y un balón que llega a Sterling que, tras tocar el larguero su remate, acabó besando las mallas de Iván.

Los cañameros se metieron en el partido con el gol de Saborido, pero éste mismo futbolista regaló un córner cuando tenía el balón en campo aruncitano de manera incomprensible y en el saque, Cuder, ante la parálisis de Iván y la falta de marca de los centrales, remató a la red.

Pudo ser peor, porque Gordi tuvo la oportunidad de hacer sangre, aunque el arquero lo evitó. También pudo haber partido, pero Negro remató al larguero un balón de Saborido y Lobo, a la media vuelta, disparó al lateral de la red.

El San José se vio nervioso, demasiado obcecado en balones largos que no llevaban a ningún sitio. Con una preocupante falta de fútbol en la medular y con agujeros preocupantes en defensa. Esto se ve más acentuado cuando se pierde, aunque los rectores y técnicos cañameros ya andaban buscando refuerzos cuando ganaban. Falta hacen.