El Club Oso Panda celebró la XVIII edición del Trofeo Nacional Villa de La Rinconada en el Agustín Andrade, donde se concentró la flor y nata de la rítmica andaluza, venidos desde todas las provincias, sabedores del prestigio que supone este evento, plenamente consolidado.

La organización fue un ejemplo de cómo se trabaja en el deporte. Multitud de padres y madres de gimnastas, con sus tareas claramente delimitadas y especificadas, antiguas gimnastas de la entidad, toda la junta directiva y el cuerpo técnico y un pabellón donde no cabía un alfiler remaron en la misma dirección para dar forma a un evento que sigue siendo único a pesar de haber cumplido la mayoría de edad.

Al frente de todo, la presidenta, Elvira Caballero, que a pesar de la cantidad de ediciones organizadas y de la experiencia en estas lides, lucía nerviosa, como siempre, pendiente de que todo el mundo disfrutara la máximo la experiencia y no faltara un detalle. Y lo consiguió.

En lo meramente deportivo, también fue una delicia ver el magnífico ambiente y la convivencia existente entre todos los conjuntos participantes. Respeto absoluto, deportividad extrema y hermandad entre los asistentes.

Y sobre el tapiz los olés y los aplausos se repartieron entre todas las participantes, si bien sonaron más fuerte cuando participaban los diferentes conjuntos de la entidad rinconera. Dos medallas fue el bagaje del Oso Panda, la primera en categoría Benjamín A, el punto fuerte del cuadro rinconero, y la segunda en categoría Alevín, en la modalidad de Base. El gran triunfador del evento fue el club San Fernando, de Cádiz, que logró cuatro oros.

Ahora empezarán a sucederse torneos y Campeonatos Autonómicos y Nacionales, en los que las gimnastas de La Rinconada tienen muchas esperanzas.