Loren lleva catorce gole en siete partidos con la camiseta del Tres Calles. Son cuatro menos que Aitor, del Aharal, que acumula 18 y el el Pichichi, por delante del rinconero, aunque con trece partidos disputados.Marca en todos los partidos y, en algunos, como en que enfrentó a los rinconeros con Lebrija, lo hace por partida triple. Llegó al equipo cuando acumulaba tres derrotas consecutivas y, desde entonces, se ha convertido en un artillero cuyos goles valen puntos que hacen que el objetivo sea diametralmente opuesto en la actualidad al que se vislumbraba al inicio. Ahora mismo el equipo es tercero, con 23 puntos, cuatro menos que el líder, Puntos Suspensivos.

Ante el Lebrija se vio un partido de esos que se denominan ‘a cara de perro’. Mucha intensidad, entradas al límite del reglamento y juego muy trabado y táctico. Una de las grandes virtudes del fútbol sala es que casi siempre, la tensión se queda en el campo y, cuando acaba la contienda, la deportividad reina entre contendientes. Y así fue.

Los del Bajo Guadalquivir se adelantaron en el marcador de falta directa, pero Loren, que volvió a ejercer de matador, empató poco después tras trenzar el Tres Calles una bonita jugada combinativa que dejó al pivote mano a mano con el portero y no falló.

Poco después, José Mari adelantó a los de Josemi Fresco, pero fueron los lebrijanos quines empatarían poco después. La acumulación de faltas provocó un doble penalti que Loren utilizó para volver a adelantar a los locales. Tuvo una segunda pero el portero la repelió bien.

En la segunda mitad, los visitantes pusieron el empate a tres pero, quien si no, Loren, anotaba el tercero de su cuenta y cerraba un marcador que, a la postre, fue definitivo, aún no sin sufrimiento, porque el Lebrija atacó hasta el final y metió en varias ocasiones –la última a falta de ocho segundos-, el miedo en el cuerpo a los del Agustín Andrade.