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Correr es de valientes cuando se tiene una causa

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José Ángel Tena y Nacho Soba corren los 101 kilómetros de Ronda con un mensaje para fomentar la donación de médula en general y de apoyo a Adolfo Sánchez en particular

Los 101 kilómetros de Ronda es una de las pruebas más duras del panorama de running nacional. Un desafío en el que las piernas y la cabeza deben ir de la mano para completarlo y en el que llegar a la meta se convierte en un triunfo en sí.

La Rinconada, que tiene una larga tradición de ultrafondistas y aficionados que hacen del deporte una forma de vida en busca de la continua superación personal, no podía dejar de estar representada en el evento. Y lo hizo con diversos deportistas. Allí estuvo Sonia Macías, más conocida como ‘La princesa del desierto’, algunos representantes de ‘Los Latitas’, como David Ruiz y Sergio García, de 'Los niños del barrio', con Miguel Ángel Cobos o María del Monte Muñoz, o Juanlu Yébenes, Carlos Alberto Fernández y Mario Garrido, entre algunos otros.

Pero entre los participantes locales, dos en concreto hacían algo más que correr. Llevaban un mensaje y usaban el escaparate de la prueba para concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de hacerse donante de médula. Eran José Ángel Tena y Nacho Soba, que a mayores del derroche físico exportaban un mensaje de solidaridad, de esperanza que, aunque en su caso iba personificado en Adolfo Sánchez, el chico de Tocina que recogía el testigo de Pablo Ráez y de la campaña #Unminutoxunavida, era extensible a todas esas personas anónimas que están a la espera de una oportunidad para poder seguir viviendo.

“Ambos somos donantes de médula y, aunque esta campaña tiene repercusión en las Redes Sociales, toda ayuda es poca”, comenta José Ángel Tena, quien añade que “adaptamos el lema a la prueba en cuestión que íbamos a realizar y lucimos #101kmxunavida”.

Este tipo de gestos, que enseñan la cara más amable del deporte y su capacidad para remover conciencias y transmitir esperanzas a aquellos que peor lo están pasando, son el plus y la recompensa a un duro entrenamiento, a un reto personal y a un compromiso social.

Seguro que Adolfo Sánchez y tantas otras personas, animaban desde la distancia a sus héroes, mientras esperan que suene el teléfono y sea la llamada que les ofrezca una nueva oportunidad.

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