El Rinconada retomó la senda del triunfo tras perder ante el Soleá en un partido que tuvo poca historia por la fragilidad del Benacazón, el rival que tenían enfrente los de Antonio Garrido.

El Rinconada gozó de dos buenas ocasiones que dejaron al descubierto las carencias aljarafeñas, pero sería el Benaca quien se adelantaría en el marcador. Sin embargo, a pesar de la fragilidad defensiva del cuadro rinconero atrás –su línea más débil-, la diferencia futbolística era tal, que la escuadra blanquiazul parecía confiada en la remontada. Y esta llegó rápido. Primero Barriga, que puso el empate, luego David Cuevas, que confirmaba la remontada y, antes del descanso, Adri y de nuevo Cuevas, que ponían el 4-1, para dar tranquilidad a la hinchada del Nuevo Ramos Yerga.

En la segunda parte, con todo decidido, el partido no tuvo historia. Sólo dos goles más de los rinconeros para redondear el set y para el disfrute de sus aficionados. Y para cargar las pilas de cara a la próxima visita al Calavera, un histórico del fútbol capitalino que se encuentra en mitad de la tabla. Los goles en la segunda parte fueron de dos delanteros centro: Andrades y Rubén, que también van a coger moral con ellos y se antojan muy importantes para la consecución de los objetivos rinconeros.