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El área de Salud, en colaboración con la Clínica Podológica B&B, pone en marcha una nueva edición de este programa cuyo objetivo es promocionar la salud podológica infantil, así como prevenir las deformidades y enfermedades en los escolares de entre 9 y 10 años de edad, pertenecientes a centros educativos del municipio, ya que se encuentran en la edad óptima para poder corregir los posibles problemas
Según estudios científicos, nueve de cada diez niños, tendrán algún tipo de alteración en los pies o relacionada con éstos antes de los 15 años y, solamente uno de cada diez, demandará la atención sanitaria del podólogo. Los problemas más frecuentes son las desviaciones de los dedos, los pies planos-valgos, dismetrías y alteración de la marcha. El 20 por ciento de la población rinconera es menor de 15 años, un segmento poblacional muy vulnerable por la dificultad de autoprotección y prevención de patologías. Este factor coincide con una etapa clave en el desarrollo: comienzo de la bipedestación y marcha, inicio del aprendizaje postural y prácticas deportivas, etc. Lo que hace indispensable crear determinados programas preventivos de salud enfocados a estas edades.
Por todo ello, el área de Salud pone
en marcha el programa de Salud Escolar Podológica, que este año llega a su
segunda edición, y que permitirá, en palabras del delegado del área, Rafael
Fernández, “valorar de manera temprana los signos de enfermedad que pueden
tratarse precozmente, y que ayude a identificar los factores de riesgo
prevenibles mediante actividades de educación para la Salud”.
El programa lo desarrolla un equipo
de podólogos profesionales de la Clínica Podológica B&B, Borja Bueno
Castillo y Paula Morón Rodríguez, sin carácter vinculante y sin perjuicio de
que el alumno pueda tener alguna necesidad no detectada.
Los objetivos son: promocionar la salud
podológica infantil, así como prevenir las deformidades y enfermedades que
atañen a los escolares de entre 9 y 10 años de edad, 4º de Primaria,
pertenecientes a centros educativos de La Rinconada, “ya que se encuentran en
la edad óptima para poder corregir las deformidades”, apunta Fernández.
Este programa se desarrolla en dos
etapas. Por un lado, se busca la detección precoz de las patologías, la
descripción del nivel de salud podológica, el conocimiento de las alteraciones
más frecuentes en los pies, así como, la identificación de sus posibles
factores de riesgo. En la segunda etapa, se desarrollarán las bases para
realizar y evaluar actividades de Educación para la Salud, con la información
obtenida sobre el estado de salud, las alteraciones más frecuentes y sus
factores de riesgo. También se propondrá un tratamiento podológico precoz y
seguimiento de las anomalías detectadas.