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El San José gana al Mosqueo del Marco Fernández con un tanto de Carlos a la salida de un córner. Los de Maldonado, que pudieron sentenciar, sufrieron hasta el final, pero logran un triunfo balsámico
El San José logró una trabajada e importante victoria ante un, visto lo visto, rival directo, como el Mosqueo de Marco Fernández. Los cañameros salen del descenso con la victoria y meten en un lío a su ex entrenador, que podría tener las horas contadas en el club palaciego.
Lo más importante era ganar y se consiguió, lo que debe reportar tranquilidad y confianza a la plantilla, de cara a encuentros posteriores, como el de la semana que viene en Montequinto, pero no se pueden tapar los problemas de los cañameros durante el partido, en el que tuvieron que sufrir hasta el final para amarrar la victoria, con un remate de Barea en el área chica alto, completamente libre de marca, en el alargue.
Los aurinegro dominaron gran parte del encuentro, incluso, por momentos, acularon a un San José que traba de salir rápido a la contra, pero que no era capaz de hacerlo. Ceballos estuvo incisivo, y tuvo un par de arrancadas en los primeros compases que anticipan lo que este jugador puede dar, pero lo cierto es que el punta se fue apagando hasta que fue sustituido. El otro que lo intentó, participativo y ofreciéndose fue Carlitos, el último en llegar, procedente del Dos Hermanas. Uno de esos fichajes que se ponen a tiro y que sería un sacrilegio no hacer. El nazareno, no obstante, también fue de más a menos, incluso falló un penalti, por unas manos de un defensor tras un remate con la testa de Ceballos. En la segunda mitad fue sustituido, aunque también se espera que vaya a más y que dé mucho a este equipo.
Si el San José trata de inquietar la meta rival a la contra, también trata de rentabilizar el balón parado, donde tiene a un jugador que las pone de dulce, como Tore. El ex del Gerena va alternando luces y sombras, pero ante los palaciegos hizo un muy buen partido, incluso ejecutó un córner de maravilla en el 28, directo a la cabeza de Carlos –el lateral/central canterano azulino, no confundir con Carlitos-, que se elevó por encima de la defensa y la puso imposible para el meta Sollo. 1-0 y la tranquilidad de afrontar con ventaja el resto del encuentro. Tuvo alguna más, como la jugada del penalti, en la que el cuadro de Maldonado aprovechó la pelota parada, pero no pudo culminar ninguna para poner una renta cómoda en el marcador.
El equipo de Marco Fernández dominaba la posesión de la pelota. Sus señas de identidad eran muy vigentes, con una apuesta clara por la posesión, pero falta de contundencia en el área contraria, a pesar de disponer de un pistolero como Barea, que garantiza un buen puñado de goles. Ante el San José, el punta no mojó, pero sí dio quebraderos de cabeza cada vez que se asociaba con Burra, quien, por más años que pasen, sigue siendo el alma del Mosqueo. En el alargue del primer acto, un balón colgado desde la izquierda por el primero, se paseó por el área hasta llegar al segundo palo donde aparecía, libre de marca, el ex del Betis C, que no marcó porque delante se topó con don Sebastián Gómez Algaba, uno de los grandes artífices de que el San José esté, a día de hoy, fuera del descenso.
En la segunda parte el partido fue más de ida y vuelta. Los palaciegos puderon empatar, pero la falta de puntería, de decisión en los metros finales y las actuaciones de Sebas lo impidieron. Los cañameros también pudieron matar el partido con alguna ocasión clara, pero Sollo hizo un buen encuentro y hubo jugadas en las que la defensa del Mosqueo actuó como un frontón. Sea como fuere los minutos seguían pasando, la ventaja era mínima y el miedo se palpaba en las gradas del Anexo, donde se jugó el choque por la resiembra del Felipe del Valle. Los aficionados sabían que el más mínimo error podía condenar la victoria, como ocurriera hace una semana en el derbi ante el Rinconada y, por ello, el runrún era continuó a la espera de que Santos Fernández, que no hizo mal arbitraje, pero que estuvo muy mal auxiliada en las bandas, sobre todo en la opuesta a los banquillos, pitara el final.
En el minuto 96, la colegiada indicó que se acabó lo que se daba y la congoja se liberó en jugadores y aficionados, que ahora visitarán el Municipal de Montequinto para tratar de sumar tres puntos que le permitan poner tierra de por medio respecto a la zona de descenso.