El Rinconada se llevó tres puntos muy trabajado antes el Priorato en un partido marcado por las peculiaridades del terreno de juego de albero y las numerosas bajas de los de Francis García, que tuvo que recomponer un equipo de circunstancias, que se dejó la piel en todo momento sobre el campo y demostró que dentro del vestuario se mantiene la fe en conseguir obrar el milagro del ascenso.

En la primera parte las mejores ocasiones fueron para los visitantes, sin embargo no había mucho lustre en la contienda, lo que dejaba claro lo mucho que había en juego por parte de los dos equipos. No obstante, sí que se apreciaba la diferencia de calidad entre las dos plantillas y la fe de los blanquiazules.

Conforme pasaba los minutos, mayor era el dominio visitante, aunque no acababan de llegar los goles.

En la segunda parte, la entrada de Antonio Ávalos cambió el partido. El mediano de la saga, estuvo muy participativo e inició la jugada del único tanto del partido, con un remate al palo que Trompo, bien posicionado aprovechó para empujar a la red tras el rechace.

En el tramo final del partido, aunque pudo llegar la sentencia, el Rinconada supo sufrir para conservar la renta y mantener las opciones de dar la campanada, a tenor del resto de resultados de la jornada.