El Rinconada dilapidó sus sueños una semana después de engancharse a la lucha. A pesar del convencimiento de la plantilla en sus opciones de ascenso, de la importancia que se otorgaba a este encuentro y del debut de tres fichajes de postín de una tacada, el resultado fue adverso para los intereses del cuadro de Andrés Millán y supuso un jarro de agua fría para los valientes que se desplazaron desde La Rinconada con las adversas condiciones meteorológicas.

Justo antes del comienzo, una tromba de agua sobre el Manolo Jiménez dejó el campo impracticable. Eso obligó a ambos equipos a abusar del juego directo. El Arahal, con dos líneas de cuatro muy juntas atrás y Guille y Cintado delante, tenía más paciencia que los blanquiazules para esperar su oportunidad.

El dominio era de los de Millán, pero los locales dieron un balón en el palo. Al filo del descanso, en el 44, Cintado adelantó a los de La Campiña en el marcador. Un minuto después, el trencilla, Jiménez López, expulsó con roja directa a Perales, que derribó a un atacante local justo antes de entrar en el área de Caro. Ya con diez, fue el arquero el que salvó el segundo antes del pitido del descanso.

En la segunda mitad, Cintado se aprovechó de un rechace de la defensa para poner el segundo en el marcador, que dejaba al Rinconada contra las cuerdas, al tener inferioridad numérica. No obstante, los pupilos de Millán que introdujo en el campo a los relevos entre los que estaban Israel, Marrufo y Braulio, los tres fichajes realizados por el club para refrendar las opciones. Alberto metió a los visitantes en el partido anotando el 1-2, incluso pudo poner las tablas, pero su remate se marchó por encima de la meta arahalense.

Al final, en una tangana, Braulio vio la roja directa por un rifirrafe con un jugador local, que también fue expulsado. Con nueve, a la desesperada, buscó el milagro el Rinconada, pero la defensa local no dio opción a los blanquiazules, que se jugarán la próxima semana contra el Puebla poder reengancharse a la pelea.