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Por Antonio Borrego
Vaya por delante mi enhorabuena al Betis C por su ascenso. Muy merecido, sin duda. De hecho, todo lo que no hubiera sido subir para los verdiblancos hubiese sido injusto, porque le sacó 18 puntos al San José, segundo, y 23 al Rinconada y al Alcalá, tercero y cuarto, respectivamente.
Lo injusto es el sistema de competición en Primera andaluza, un pozo, un agujero del que resulta prácticamente imposible salir. Y en la Federación no se enteran, o no se quieren enterar. Cuando se les pregunta a ellos, dicen que estas cosas se deciden en las asambleas por parte de los clubes, lo que, si es verdad, es para que los equipos se lo hagan mirar. Amplíen la División de Honor a 18 o 20 equipos y que haya seis descensos. Que el primero ascienda directamente y que los demás se jueguen un Play Off con el segundo tercero y cuarto de Huelva, Cádiz y Córdoba para dirimir las dos plazas restantes. Esto lo llevo escuchando desde que se instauró esa competición… pero no se hace.
Y, por otro lado, está el tema de los filiales, que funcionan de forma profesional y que tienen unos recursos que no están al alcance del común de los mortales. Es que el Rinconada puede hacer enormes esfuerzos para tener un preparador físico, un nutricionista, un psicólogo, un recuperador… sin que tenga que hacerlo todo Raúl Carmona. Es más, puede que esos profesionales sean igual o mejores que los que puedan tener lo filiales. Pero, por mucho que se quiera, no hay igualdad de condiciones entre un futbolista que se entrena por la mañana y por la tarde y que entre una cosa y otra tiene un proceso de recuperación, fisioterapia y demás, a un tipo que se calza las botas después de diez horas recogiendo patatas nuevas de La Rinconada, tras subirse a un andamio o de fundirse el cerebro por un examen en ciernes. A esto también habría que darle una vuelta de tuerca y crear una Liga de filiales. También llevo escuchándolo muchos años y tampoco se hace nada.
Lo que ha hecho el Rinconada esta campaña tiene mucho mérito y su final, que la ganó, fue ante el San José. El duelo ante el Betis y el resultado final demuestra a las claras todo lo expuesto anteriormente. No es justo que, al final, con la frialdad de los datos, la temporada valga lo mismo que la del Puebla o el Montequinto (con todo el respeto) y que el año que viene vuelva a empezar de cero en la misma categoría que ellos, después de ser el campeón… de los mortales.
Pero claro, había un filial y una sola plaza de ascenso. Y eso, sí es una injusticia.