La agrupación de romeros reunió a un nutrido grupo de ciudadanos que pasaron un día inolvidable en la finca El Toril
Hace 25 años varios jóvenes decidieron unirse para retomar una romería que se celebraba en el municipio en los años cincuenta. Surgió la Agrupación de Romeros de San Isidro Labrador que desde entonces ha luchado para mantener viva esta fiesta. Este año, como no podía ser de otra manera, los más de cien hermanos han organizado una romería en la que no han faltado los momentos emotivos, el baile, el cante y la buena mesa.
El sábado de víspera se celebró una misa en la iglesia de San José, en la que actuó el Coro Nuestra Señora de la Salud. Además, la hermandad hizo una ofrenda al santo e impusieron las medallas a los nuevos hermanos. El acto más emotivo tuvo lugar cuando reconocieron a Antonio Romero Granado, de ochenta años, por ser uno de los promotores de este evento a mediados del siglo pasado. A la misa acudieron el alcalde de La Rinconada, Javier Fernández y el delegado de Fiestas Mayores, José Manuel Romero Campos. Este último felicitó a la agrupación por sus 25 años y los animó “a continuar para que esta fiesta siga celebrándose en el municipio”.
El domingo a las 9.00 horas el simpecado salía del templo presidido por la junta de gobierno de la hermandad. Tras recorrer varias calles del municipio comenzaron el camino hacia la finca El Toril, lugar de la celebración, que este año contaba con más árboles y con 550 metros cuadrados de malla de sombra.
A media tarde iniciaron el camino de vuelta y a la llegada al municipio, San Isidro fue escoltado por numerosos caballistas hasta la entrada en su iglesia.