El cambio de Ardoy por Abad no resta apoyos al PSOE local que en las elecciones del 87 consigue revalidar la mayoría absoluta. El aumento poblacional sube la ratio de concejales a 21, de los que 13 fueron socialistas
Los socialistas conformados en “un muy buen equipo humano con muy buena relación personal y unidos en torno a la ilusión colectiva” -como apunta Cristóbal Blázquez- consiguieron que el cambio de candidato después de Ardoy no se notara en los votos y Enrique Abad pudiera gobernar con una más que holgada mayoría absoluta.
Con Abad, fueron concejales repitiendo Ávila, Muñoz, Peregrín (que fallecería en esta misma legislatura), Serrano y Vela.
Se estrenarían el propio Blázquez proveniente del movimiento estudiantil y militante desde los 15 años; José Vicente Martínez y Jacinto Molina, ambos del ambiente universitario reivindicativo; Francisco Polo, sindicalista azucarero; Antonio Manuel Maya, Miguel Valverde -sustituyendo a Peregrín- y un ya despuntante Alfredo Sánchez Monteseirín, entonces también diputado provincial de Asuntos Sociales.
Pero entre todos, resaltó la incorporación, por primera vez en la historia de la democracia local de una mujer en puestos de salida de la candidatura: Pepi Iglesias, quien movida por las ganas de hacer cosas por el pueblo, aceptó el ofrecimiento de su amigo, Antonio Muñoz, y puso en marcha unos precarios Servicios Sociales municipales. Su visión abierta -estuvo hasta los 19 años viviendo en Francia- aportó frescura a las decisiones de la época.
De entonces resaltan el dinamismo de la gestión, el despunte económico, el boom de crecimiento y el inicio de lo que luego se ha conformado como La Rinconada que hoy conocemos.
Se empezaron a fraguar las normas subsidiarias que definirían el incipiente crecimiento del pueblo, se dieron pasos de gigante en temas sanitarios (con planificación familiar, con más pediatras y cobertura vacunal), en fortalecer el municipio como potencia deportiva y de calidad en sus instalaciones (diseñando el Felipe del Valle y el Fernando Martín, remodelando el polideportivo de La Rinconada), en Educación consiguiendo el preescolar de 4 años, y, en general, en la articulación del posterior Estado del Bienestar.
Pero entonces, lo pequeño era grande y hasta hubo que definir los colores y configuración de la bandera del municipio, y se creó -no sin fatiga- el Toma Nota.