La comunidad educativa del Colegio San José vive inmersa en su particular Hogwarts, el colegio de Harry Potter, a través de su propio sistema de casas. En este caso, las casas de Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin se convierten en las casas Fuego, Agua, Tierra y Aire, en su versión inglesa, y es que todo forma parte de un proyecto educativo desarrollado por el departamento de bilingüismo del colegio San José, basado en un proyecto implantado por el sistema educativo británico que se ha extendido a otros sistemas educativos del mundo y que inspiró al universo mágico de Harry Potter.

“La idea parte de querer que el alumno no esté solo pendiente de lo meramente académico, sino buscar también un desarrollo de habilidades físicas, sociales y mentales, buscando la competitividad sana y la colaboración entre los alumnos”, ha explicado el jefe de estudios del Colegio San José, Luis Alberto Garzón Andra.

En la ceremonia inicial, toda la comunidad educativa del colegio formada por niños y niñas con edades comprendidas entre los 3 y los 16 años fue distribuida con el único criterio de que los miembros de una misma familia compartan casa. Un escudo, un animal y un color identifican cada casa desde sus respectivas banderas y estandartes. 85 son los alumnos y alumnas que componen cada una de ellas, contando con un capitán o capitana y un subcapitán o subcapitana, cargo que ostentan los más mayores, alumnos y alumnas de tercero y cuarto de la ESO. También el profesorado está involucrado en este proyecto formando parte de las distintas casas, tras cuya constitución en esta jornada inaugural se dio paso a la celebración de distintas competiciones deportivas.

Pero este proyecto no solo despliega la competencia y la cooperación deportiva, también desarrolla estas y otras habilidades a través de un concurso de poesía, un torneo de ajedrez, un concurso de carteles de Semana Santa o un proyecto de reciclaje en el que las distintas casas competirán por ver quién acumula más reciclaje de plástico. Además, los mejores expedientes de cada clase puntuarán para sus respectivas casas. 

Todo ello acabará a principios del mes de mayo con unas olimpiadas y la entrega del trofeo a la casa que acumule más puntos, que verá su bandera expuesta junto con el trofeo en la vitrina del colegio, vitrina que desde el colegio se pretende llenar cada año, ya que la intención es que este proyecto educativo perdure en el tiempo.

Los alumnos y alumnas, tanto grandes como pequeños, han recibido este proyecto con mucho entusiasmo, compromiso y responsabilidad, según se asegura desde el propio colegio. “Estamos haciendo más atractiva la estancia en el centro, dando un poco de variedad. Está claro que tienen que seguir estudiando, haciendo exámenes y proyectos, pero les estamos dando un aliciente para venir con más entusiasmo, más ganas”, ha añadido Luis Alberto.