Patricia Martínez Romero creció rodeada de balones en el Agustín Andrade y el Leonardo Ramos. Jugaba al fútbol, pero, en 2018, estaba cansada de ello, aunque no quería despegarse de este mundo, por lo que decidió hacerse árbitro, y parece que fue una elección porque, en sólo cuatro años, ya se encuentra dirigiendo partidos como árbitro principal en Tercer Andaluza Senior y acude regularmente como Juez de Línea a las categorías de Primera y Segunda Andaluza. 

A sus 19 años, se muestra contenta por el paso dado en su día y sueña con llegar a Primera división y arbitrar al Real Madrid, el Barcelona o el PSG.

Conoce a Luis Mario Milla Alvéndiz, el mejor árbitro de la historia de La Rinconada y un buen espejo en el que mirarse, que actualmente milita en Segunda división, incluso cuenta que ha dirigido un duelo de Benjamines donde jugaba un sobrino suyo. “Él estuvo viendo el partido y, cuando finalizó estuvo en el vestuario y me felicitó por el partido”.
Confiesa que, actualmente, le dedica el tiempo que puede, porque compagina el arbitraje con el Grado de Farmacia en la Universidad de Sevilla, aunque sí dice que “apuesta por ello y que en cuanto los estudios se lo permitan se pondrá a tope para mejorar cada día”.

Respecto a las dificultades del arbitraje, habla de que “suele existir mucho respeto por parte de los futbolistas en Primera y Segunda Andaluza”. En Tercera Andaluza o en los escalafones inferiores en el que quienes practican son adolescentes, sí reconoce que existen más problemas, “aunque en mi caso no he tenido ningún incidente”.
No ha vivido ningún episodio machista y afirma que “hoy en día estamos muy protegidas por la Federación y por los equipos”. “Sólo hubo una persona que me faltó al respeto y los integrantes de su propio equipo se lo llevaron del campo”.

Su progresión es envidiable y su futuro enormemente prometedor. ¡Mucha suerte!