El Proyecto General de Investigación ‘Cerro Macareno’, dirigido desde la Universidad de Sevilla, que cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de La Rinconada y el Museo de La Rinconada, ha llevado a cabo una nueva campaña de estudios arqueológicos sobre este yacimiento, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), tras la última realizada en 2021.

Los trabajos desarrollados en este año constituyen una continuación del Proyecto General de Investigación desarrollado entre 2018 y 2023 con el objetivo de completar la excavación de los cortes realizados en la elevación occidental. En concreto, el corte 2, destinado a documentar un área artesanal de fines del siglo V e inicios del IV a.C. que ya se conocía desde las excavaciones de emergencia llevadas a cabo en 1974 por el Museo Arqueológico de Sevilla.

Recientemente, el alcalde, Javier Fernández, y la I Teniente de Alcalde y delegada de Cultura, Raquel Vega, han realizado una visita a este yacimiento que se remonta al siglo VIII a.C., guiados por el director del proyecto y profesor del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, Francisco José García Fernández, y de la directora del Museo de La Rinconada, Maribel Rodríguez Achutegui.

Así, el director del proyecto ha explicado que se ha trabajado en un área de 16 x 10 metros, donde se ha podido registrar con mayor precisión el área artesanal identificada en el año 2019, compuesta por un gran horno destinado a la cocción de recipientes cerámicos, asociado a su correspondiente vertedero, un auténtico “archivo” de datos sobre los procesos productivos, pues en él se conservan restos de ánforas modeladas sin cocer, ánforas con defectos de cocción, algunas con marcas de alfarero (grafitos), restos de arcilla, restos de combustible… así como, partes del horno procedentes de sus sucesivas reparaciones y reconstrucciones. Asimismo, se han encontrado otros hornos menores, dedicados a recipientes más reducidos, y otras instalaciones anexas relacionadas probablemente con el tratamiento de la arcilla.

En una fase previa, no muy alejada en el tiempo (probablemente fines del siglo V a.C.), esta área estuvo ocupada por una serie de instalaciones destinadas a la producción metalúrgica, en concreto cobre y plomo obtenidos a partir de minerales llegados muy probablemente del área minera de Aznalcóllar.

Los hornos metalúrgicos, más pequeños y concentrados en el espacio, convivían con otros espacios de trabajo y, probablemente también, de actividad doméstica de los artesanos encargados de su mantenimiento.

La novedad más interesante en esta campaña es la excavación de las fases anteriores, apenas vislumbradas en el año 2019, y compuestas por una serie de estancias de planta rectangular y orientaciones regulares, alternadas probablemente con espacios abiertos, domésticos y de trabajo. La vida de estos ámbitos se desarrolla a lo largo del siglo V a.C. Esto constituye en sí mismo un dato de gran interés, ya que no solo se están documentando en extensión un periodo poco conocido en el bajo Guadalquivir, el siglo V a.C., es decir, la transición del mundo tartésico al turdetano, sino que estos están ofreciendo una compleja secuencia de ocupación, con niveles de hábitat, de abandono y de reocupación, como se evidencia en los numerosos niveles de pavimento, cocinas, instalaciones domésticas y basureros encontrados, ha explicado el director del proyecto.

Estos dibujan un periodo muy dinámico, con cambios de uso del espacio y una variedad de estrategias económicas, que combinan la agricultura especializada, la ganadería y la caza.

“Constituye una oportunidad para conocer las formas de vida de las comunidades turdetanas y su evolución en un espacio muy singular del asentamiento, donde convivirían los obreros y artesanos con las instalaciones artesanales”, ha apuntado la directora del Museo de La Rinconada.

Durante la visita Javier Fernández ha destacado que “llama especialmente la atención, cómo el Cerro Macareno en época turdetana cuenta con grandes similitudes con lo que es La Rinconada hoy, una población trabajadora e industrial y un centro de distribución de productos, que en aquél momento se trasladaban en barco por el río Guadalquivir”.

En esa línea se ha manifestado la responsable municipal de Cultura: “Las excavaciones de esta temporada confirman que el Cerro Macareno tiene una importancia enorme desde un punto de vista de conocimiento del periodo turdetano y, concretamente, centrado en torno al siglo V a.C. Además, las conexiones con La Rinconada de hoy, tanto antes como ahora, un pueblo industrial, entonces con una importante fabricación de ánforas para la distribución de productos agrícolas, pero también ahora con tecnologías punta, como Aerópolis. Representada por el vidrio o el trabajo en los metales. Fue un centro logístico de transporte y distribución de productos a través de barcos por el río Guadalquivir y en Cerro vimos también una población trabajadora, como es La Rinconada del presente. Podemos concluir que Cerro Macareno es un caso absolutamente único en Andalucía para saber de los turdetanos, de los que precisamente se conoce muy poco y que convierten este yacimiento en un BIC de primer orden, no sólo en Andalucía, sino también en España”.