La frase que ilustra el titular la dijo Mimi cuando se presentó a las elecciones. Y podría parecer algo evidente, qué va a querer un presidente más hacer un equipo grande. Pero esa frase se llenaba de significado cuando el San José venía de un equipo irreconocible, con mínimos históricos de aficionados en el Felipe del Valle y con un dirigente que fue desmantelando el equipo hasta hacer temer seriamente por el descenso de categoría.

Tras superar unas elecciones con dos candidaturas y afrontar críticas desde muchos frentes, muchas de ellas infundadas, incluso tener que defenderse de acusaciones muy sucias que trascendían el fútbol y ponían en cuestión su honorabilidad. Tras no pocas zancadillas de gente que cuando estuvo, no estuvo a la altura, ha consolidado un proyecto. Fue segundo en la Liga el año pasado y cayó en semifinales, pero dio continuidad a un bloque en el que este año se ha dado un paso más, con gente de la casa de postín, como Plusco y Kiki, y con fichajes de renombre como Paquito Morales, Sergio Ortiz o el último en llegar, Carlos García.

Será el césped quien dicte sentencia, pero a priori, hay que remontarse muchos años atrás, a los años de Tercera, para ver una plantilla con estas garantías y eso ha vuelto a ilusionar a la gente.