El Rinconada aprieta siempre al final y no es casualidad. Algunos lo llaman suerte, pero lo cierto y verdad es que cuando algo pasa asiduamente, no es suerte. La victoria de este fin de semana es otra demostración del pundonor y briega que demuestra el Rinconada durante 90 minutos, llegando siempre mejor que el rival al tramo final y decantando la balanza cuando parece todo decidido. Como ocurriera en Alcalá, los de Raúl Carmona consiguen en el 93 un tanto que definió la victoria ante un Palomares que no lo puso nada fácil, a pesar de su condición de recién ascendido.

En cuanto al devenir del encuentro, el Palomares puso las cosas muy difíciles desde primera hora, convirtiendo el encuentro en correoso y difícil de superar para un Rinconada que tampoco se encontraba especialmente acertado en la zona de finalización, a pesar de las múltiples alternancias que ofrece el conjunto del Ramos Yerga.

La segunda mitad fue más de lo mismo, con el Rinconada intentándolo, aunque sin especial peligro y el Palomares que lo intentaba tímidamente. Lo más correcto sería decir que, prácticamente, en el tramo de la segunda parte no pasaba nada, al menos relevante, más allá de las amarillas mostrada a los jugadores locales Gonzalo y Roberto. Poco antes del final, David vio la segunda amarilla casi de forma seguida, lo que decantó aun más la balanza a un Rinconada que alcanzó su culmen en el 93 con un testarazo de Jose Antonio, que sigue siendo una de las sensaciones de la temporada en la parroquia azulina.

Con el gol los de Raúl Carmona cumplieron un trámite que se antojaba difícil, viendo el devenir de un encuentro que no estuvo controlado del todo por los rinconeros. Sin embargo, como ya ocurriera en Alcalá, el Rinconada realizó un ejercicio de resiliencia y lucha hasta el final, algo que nos tiene acostumbrados a ver en todas las temporadas. Ahora recibirá al Bellavista en un encuentro que se adelantará al sábado 27 por la tarde en el Leonardo Ramos Yerga.

Fotos: Hermi Doctor