La Asociación de Familias Para la Ayuda Al Discapacitado celebró una emotiva gala en el Centro Multifuncional Santa Cruz con homenajes y sorpresas para celebrar su medio siglo
AFADI es sin duda una de las instituciones más reconocidas de La Rinconada. Su trabajo, ampliamente reconocido por el colectivo vecinal, ha destacado siempre por su lucha y ayuda a sus familias que ha perdurado en el tiempo, cumpliendo medio siglo y celebrándolo ahora por todo lo alto en una gala que quiso poner en valor a las personas que hacen posible que esta asociación siga caminando con éxito. Nació en 1974 con la finalidad de ayudar a las personas con discapacidad física, psíquica o sensorial, potenciando la educación especial. También da respuesta a las personas asociadas en sus limitaciones personales o en caso de orfandad. Es igualmente destacable la labor que llevan a cabo en el fomento de la inserción laboral de este colectivo, gracias a su empresa INTEJA. Empezó a funcionar con 50 socios y hoy día cuenta con más de 500, lo que refuerza su crecimiento en todos estos años.
La noche en la que AFADI celebró su 50 aniversario no fue solo una gala. Fue, sobre todo, un acto de memoria, de dignidad y de futuro compartido. Un encuentro cargado de emoción en el que cada palabra, cada gesto y cada silencio recordaron que detrás de estas cinco décadas hay vidas transformadas, luchas sostenidas y una convicción firme: la inclusión no es una concesión, es un derecho. Desde el primer momento quedó claro que esta no sería una celebración convencional. El formato marcó el inicio de una nueva etapa para la entidad, colocando en el centro a las personas usuarias, no como espectadoras, sino como protagonistas reales. Ellas estuvieron presentes en el desarrollo de la gala, mostrando capacidades, talento y voz propia, en una conducción inclusiva compartida entre personas con y sin diversidad funcional y acompañada por interpretación en lengua de signos, haciendo visible ese modelo de ciudadanía plena que AFADI defiende desde hace medio siglo.
Antes incluso de que se pronunciara la primera intervención, un vídeo proyectado sobre el escenario puso palabras a lo que AFADI ha significado y sigue significando: inclusión real, vida independiente, autonomía, accesibilidad, participación, respeto, empoderamiento, igualdad, oportunidades. Conceptos que no son lemas vacíos, sino pilares construidos con constancia, muchas veces contra corriente, durante 50 años de trabajo silencioso y persistente.
La presidenta de la entidad, Lola Díaz, abrió la gala con un discurso sincero y profundamente humano. Miró atrás sin nostalgia complaciente y recordó que este camino “no ha sido fácil. Este camino se ha construido con la dedicación, la pasión y la constancia de nuestros fundadores, quienes allá por 1974 decidieron unirse y fundar esta asociación con un propósito claro: mejorar las vidas de sus familiares y de todas las personas con necesidades especiales que se acercaran a nosotros”. En el discurso inaugural también estuvo presente la delegada de Bienestar Social de La Rinconada, Mercedes Bueno, que elogió el trabajo “de una asociación de toda la vida, pero diferente por su forma de actuar y su forma de cuidar a todos sus socios. La Rinconada se enriquece de asociaciones como AFADI, que crecen año tras año sin dejar de mirar hacia atrás y con el orgullo de realizar una labor que sin duda merece ser reconocida como en esta gala por su 50 aniversario”.
Tras ese primer latido emocional, un segundo vídeo recorrió la historia de AFADI, uniendo pasado, presente y futuro. En él se evidenció la necesidad de nuevos espacios, más recursos y proyectos innovadores para sostener el nuevo modelo de entidad que ya está en marcha: oficinas de vida independiente, respiro familiar, ocio inclusivo los fines de semana, apoyos individualizados y puntuales. No como promesas lejanas, sino como compromisos reales con la comunidad.
La gerente de AFADI y CEO de INTEJA CEE, Indira Julián, tomó entonces la palabra para agradecer a quienes han hecho posible este camino: personas usuarias, familias, profesionales, voluntariado, empresas colaboradoras y administraciones. Su intervención dibujó con claridad el momento que vive la entidad, una etapa marcada por la concienciación y la visibilidad, saliendo a las calles en el Día de la Discapacidad, coorganizando jornadas de inclusión y entrando en los centros educativos para sensibilizar desde edades tempranas. Especialmente emotivo fue recordar que son los propios usuarios y usuarias quienes imparten charlas, talleres y cuentacuentos, demostrando que educar en inclusión real es la única vía para transformar la sociedad.
El momento más íntimo llegó con la charla coloquio protagonizada por familiares de personas usuarias. Sus testimonios, sin artificios, pusieron palabras a lo que AFADI significa en lo cotidiano: apoyo, acompañamiento, alivio y esperanza. Hablaron de cómo la entidad no solo ha acompañado a sus familiares, sino que ha sostenido a las propias familias en los momentos más complejos, y expresaron un deseo común para el futuro: que AFADI siga creciendo sin perder su esencia.
La gala también fue un acto de gratitud. Los reconocimientos a personas históricas, al voluntariado y a entidades y empresas colaboradoras sirvieron para recordar que ningún proyecto social se sostiene en soledad. Cada nombre pronunciado fue un aplauso a la constancia, al compromiso desinteresado y a la colaboración que hace posible avanzar.
Uno de los instantes más simbólicos llegó con la representación del taller de danza inclusiva DICAPAZ-AFADI “Pasos Compartidos”. Sobre el escenario, personas con y sin diversidad funcional compartieron movimiento, esfuerzo y emoción, demostrando que la inclusión real no se explica: se vive. La danza se convirtió en metáfora del camino recorrido, de acompañar, avanzar y gestionar juntos, sin dejar a nadie atrás.
El cierre, con la foto de familia y la sorpresa musical del grupo La Destilería interpretando “Adelante”, fue el broche perfecto para una noche que miró al pasado con orgullo y al futuro con determinación. Porque si algo quedó claro en esta gala es que AFADI sigue siendo hogar, pero también motor de cambio social. Y que estos 50 años no son una meta, sino un punto de partida para seguir caminando, juntos, hacia una sociedad verdaderamente inclusiva.