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Ya hay finalistas en La Rinconada

Cultura y patrimonio |

Las chirigotas Los hermanos Gutiérrez y El peligro está en las calles, así como la comparsa Las Ondinas, representarán al municipio el último día de concurso

Segunda noche de cuchillos largos en el Antonio Gala y el jurado, de nuevo, tuvo que tomar la difícil decisión de elegir las agrupaciones que pasan a la final, todo un reto a tenor del nivel tan elevado y tan parejo mostrado por todos los participantes en las dos semifinales, lo que ha hecho que, en todas las apuestas respecto a las chirigotas y comparsas clasificadas, se hayan producido sorpresas.

Así, en comparsas, aparte de Las Ondinas, la agrupación de David Ruiz Félix, Canguro, como representante de La Rinconada, estará la comparsa alcalareña El Obrador, de Francisco José Ruiz, que defenderá en la última cita del concurso su primer premio del año pasado con La Hermandad, la comparsa de Tocina El mundo de las maravillas, de Antonio José Hernández y Rafael Gómez, la agrupación de Mairena del Alcor Esperanto, con letra y música de José Manuel Marín, que el año pasado se quedó a las puertas de la final con Divino Tesoro, y otra comparsa de Mairena del Alcor, Las Cantacuentas, que repiten en la final donde estuvieron el año pasado con Don Pepito, con autoría y dirección de las hermanas Martín.

Por otro lado, en chirigotas, las clasificadas fueron, además de las agrupaciones de Jorge de la Rosa, Los hermanos Gutiérrez, que defiende el primer premio del año pasado, y El peligro está en las calles, que repite en la final en el que se estrenaron en 2013 con Mari la Exploradora, la chirigota de Los Palacios Los Orgullosos, de Gustavo Pérez y Francisco Rincón, la agrupación de Pino Montano Pa´ la sombra de los pinos, de Raúl Campillo, y La vida soy yo, de Juan Antonio Ballesteros, Antonio Logroño y Javi Cuevas, que el año pasado ya estuvo en la final con Reformas Milagritos.

No estarán en la final las chirigotas locales de David Cárdenas, Chino, Los Reformaos, Ésta chirigota es un misterio, de Fernando Corrales, y Los Pulseras, de Javier Martínez

Sin reservas en el primer pase semifinal

Las agrupaciones cantaron los mejor de sus repertorios en su pase de semifinales para apurar al máximo sus opciones, dado lo apretado del concurso, de alcanzar la final.

La noche del jueves abrió la función la comparsa alcalareña El primer llanto, que no logró clasificarse para la final. Estas comadronas de posguerra hablan en los pasodobles de las denuncias falsas de violencia machista, que perjudican a quiénes verdaderamente sufren esa lacra social, y también de los despidos a mayores de cincuenta años en las empresas, que finalizan con apoyo a la mujer.

Los cuplés, en esta ocasión para un cursillo de comadrona. “Que nadie se preocupe que si hay un parto en el teatro llamamos a la ambulancia”, y de gajes de su oficio, halando de los sucias que están las partes íntimas de algunas mujeres.

Luego llegó la comparsa que defiende el primer premio con la alegría de su pastelería y sus dulces de todo tipo. El Obrador estará en la final gracias, entre otras, a las letras de sus pasodobles, que hablan de de las cosas dulces de la vida, que son las culpables de que ellos sean pasteleros, y critican la excarcelación de presos de ETA, pidiendo la anulación de la Doctrina Parot.

En los cuplés hablan de las relaciones entre España y Gibraltar, comparando cosas de allí y de aquí pidiendo el cambio de Rajoy por el Marlboro, mientras que en el segundo halan de la pastelería erótica. Todas letras nuevas.

La primera chirigota de la noche fue el otro primer premio del año pasado. La agrupación de Jorge de la Rosa, Los hermanos Gutiérrez, dedicaron sus pasodobles a la finalidad del carnaval, que no es otra que pasarlo bien sin entrar en guerras ni fanatismos, y el segundo hablan de una mujer tetrapléjica que pide a su marido que salga y conozca a otras mujeres.

Los cuplés, que cambiaron radical el tono respecto a la dura letra de su último pasodoble, hablan de Obama nos espía y lo sabe todo de nosotros, con chiste final para el Betis, y a un aparato para los dientes de la Teletienda que era un alargador de pene..

Una nueva chirigota, en este caso de Pino Montano, y que también se ha metido en la final, Pa´ la sombra de los pinos, salió antes del descanso. Este funeral tan chirigotero se tornó serio en los pasables para cantar a las injustas excarcelaciones no sólo de terroristas, sino de banqueros, políticos y ladrones, en general, y criticar a las agrupaciones que sólo miran a Cádiz, porque no comprenden la grandeza de la fiesta.

En los cuplés hablan de la importancia de comer mucho hierro, aunque luego cuando van al water echan chatarra, y de unos “zapatos de piel de nabo” que si los frotas crecen seis tallas.

Tras el descanso llegó otra agrupación local que, en este caso, no se ha clasificado. Se trata de la chirigota novel Los Pulseras, que se han estrenado entrando en semifinales. En su último pase en el concurso cantaron a las pulseras rojas a los recortes en educación mientras los políticos viven a todo tren, en los pasodobles, mientras que en los cuplés fueron para el inglés que han aprendido gracias a Ana Botella y para un soborno al jurado. Mucho margen de mejora y muy buenas sensaciones a pesar de no estar en la final.

La comparsa Esperanto, que debutará en una final de Rinconada, tras ser una fija en el concurso, es un ejemplo de superación año a año. Estos comparsistas cantaron a los desahucios, desde la óptica de un policía obligado a ejecutarlos, y criticaron a los periodistas que manipulan la actualidad.

En los cuplés hablan de la adicción al móvil y de que su mujer le controla las cuentas al mínimo detalle, no como la infanta que desconocía las cuentas de su marido.

La doctrina Parot y la violencia en el deporte son las críticas de la chirigota Quién dijo miedo en los pasodobles. Por su parte, los cuplés fueron para el vello púbico de su mujer y para una discoteca muy particular.

Esta chirigota de miedo no estará en el último pase del concurso, pero ha dejado muy buenas sensaciones en el certamen y muy buen sabor de boca entre el público.

La última comparsa de la noche puso en pie al Antonio Gala. Las Ondinas, la única representante local en la modalidad, cantó a su ilusión desde niño de ser comparsista, al igual que su padre, que lo lleva en el alma. El segundo fue contra la nueva Ley del Aborto, en la que no se ha preguntado a las mujeres.

Los cuplés fueron críticos con el concejal rinconero del PP, José Luis Prieto, que se esconde detrás de Entérate Rinconada y aprovecha su perfil de Facebook para insultar sin reparos. El final dice que el PP lleva 30 años perdiendo las elecciones en La Rinconada, mientras que la segunda letra va para las 100.000 copias vendidas del libro de Belén Esteban. El chiste dice que sólo triunfan analfabetos, por lo que sólo le falta ver al concejal del PP, José Luis Prieto, de alcalde.

Esta noche estarán en la gran Final.

La última agrupación fue la chirigota de Burguillos, Sin pipas no hay paraíso, que gustó mucho al público a pesar de que no estará en la última ronda del concurso. Despidieron su participación de este año cantando en los pasodobles a la condena que deben ejercer los españoles con quien mintió en su programa electoral, en referencia a Mariano Rajoy, y a su amor por el Carnaval, que le hizo cambiar los libros por coplas.

Segunda función semifinal

En la segunda función semifinal, los primeros en desfilar por las tablas fueron Los Orgullosos, una caravana del orgullo gay que estará en la final de las tablas del Antonio Gala. Estos palaciegos cantaron en su primer pasodoble a los niños robados con la complicidad de las monjas. En el segundo, piropo a sus parejas, las grandes sufridoras de salir en carnaval y de las noches de ensayo.

Los cuplés para un novio calvo que se hizo un implante de pelo y para la candidatura Olímpica de Madrid con chiste final alusivo al tipo que representan.

La segunda agrupación de la noche fue una comparsa que debutaba este año en el Antonio Gala y que se ha colado en la final. El mundo de las maravillas, de Tocina, cantó en sus pasodobles al drama de la inmigración, desde la óptica de un abuelo que ve como su nieto ingeniero tiene que irse a Alemania a trabajar, como hizo él hace 50 años, y a la muerte de Nelson Mandela. “Menos llorar por él y más hacer realidad su mensaje”. En los cuplés a su indumentaria con la que es imposible ligar con mujeres, y el segundo a un concursante de La Voz que canta peor que el gato de Rosario.

La tercera agrupación de la noche, que el año pasado se llevó el segundo premio con Ella baila sola, y que este año no se ha metido en la final, fue Genaro el raro, la chirigota de Alcalá de Guadaira. En su último día de concurso cantaron en sus pasodobles a sus vecinos que a oscuras rebuscan comida en la basura y a la Corona, que tiene los días contados. En los cuplés cantan a su suegra, que sufrió un secuestro, y al sexo de los casados.

Antes del descanso llegó al teatro la chirigota de Chino, Los Reformaos, que tampoco se clasificaron para la final. En su última comparecencia de este año, cantaron a La Rinconada y a sus tradiciones, y a José Bretón en los pasodobles. Los cuplés fueron para el retraso en el fallo del jurado en preliminares, con olvido de letra incluido, y al balón de oro, que habían cantado también en preliminares.

Tras el descanso, llegó la comparsa de Dos Hermanas El Veneno del Trampuchero, otra de las que no se ha clasificado y que, por tanto, ofreció su última noche de coplas en el certamen rinconero. Cantaron en los pasodobles a las mujeres ya los asesinos que acaban con ellas y al amor de un padre por una hija, igual que el de la madre aunque no la hayan parido.

Los cuplés fueron para las famosas latas de Coca Cola con los nombres y para el fallo del jurado, que se retrasó hasta las cinco de la mañana porque el jurado estaba escuchando El Búfalo Cardíaco en Radio Rinconada.

Después llegó una chirigota que sí pasó el corte del jurado. La vida soy yo, el compendio de muñecos de peluche que llegó desde Sevilla y que se está acostumbrando a la final del Antonio Gala. En esta edición cantaron sus pasodobles a España, a la que comparan con una feria, y a la excarcelación de presos etarras y otras malas personas desde la óptica de un padre que habla con su hijo.

Los cuplés fueron a la gasolinera de San José y a la independencia de Cataluña, que llegará cuando el Betis gane la Liga.

Después aparecieron El peligro está en las calles, las célebres Rinkikinkis, que este año repetirán final tras gustar al jurado en semifinales con sus pasodobles contra la violencia machista y a una de sus integrantes, a la que brindaron una sorpresa rindiéndole un homenaje, ya que se casa en junio. Al final salió su prometido y ella, que no sabía nada, acabó llorando en el escenario.

Los cuplés fueron para la venta de naranjas al pie de la carretera y a los iconos del Whatssap.

La penúltima agrupación de la noche fue la comparsa mairenera Las Cantacuentas, que también se ha metido en la final, con estas alegóricas deudas de ilusión. En los pasodobles cantaron a la doctrina Parot y a las letras de Carnaval, en la que las críticas se han suavizado o sustituido en busca de los premios económicos. En los cuplés, alusivos al tipo, hablan de una deuda del jurado que quedará saldada si las pasan a la final.

Por último, antes del veredicto del jurado, salió a las tablas otra agrupación local, que tampoco estará en la finalísima. Esta chirigota es un misterio, que ha seguido demostrando su progresión desde su debut en las tablas, cantó en sus pasodobles a la familia unida, que da sentido a la vida en la ruina económica, y a los amores separados por la guerra con un guiño a la memoria histórica.

Los cuplés a la adicción a los móviles y a las gominotas duras de un kiosko local, que ya escuchamos en preliminares.

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