La Torre del Cáñamo forma parte de la identidad del municipio y de su patrimonio industrial, una edificación que ha ilustrado carteles de festividades de La Rinconada y que su ciudadanía conoce muy bien porque forma parte del skyline de la localidad.

Esta chimenea de 64,20 metros de altura, data del primer tercio del siglo XX y va más allá del pasado azucarero del núcleo de San José, ya que es símbolo de la génesis del prosperar económico del municipio, y también de su explosión demográfica, alentados por la revolución industrial en este punto de La Vega del Guadalquivir. La fábrica, como tal, ya ha desaparecido, pero perdura la enorme chimenea entre naves industriales.

Recientemente, el alcalde, Javier Fernández, acompañado por los responsables municipales de Obras Públicas, José Manuel Romero Campos, y de Ordenación del Territorio, Francisco Manuel Díez, ha visitado las obras para comprobar de primera mano el avance de las mismas. Durante su visita, el primer edil ha destacado que “la remodelación de la Torre del Cáñamo tienen detrás un trabajo de ingeniería que no se percibe en el día a día, pero que tiene gran complejidad por la altura del edificio y los requerimientos técnicos que precisa”.

Cofinanciado a través de las ayudas previstas en las Estrategias de Desarrollo Local LEADER en el marco de la submedida 19.2 del Programa de Desarrollo Rural de Andalucía 2014-2020, a través del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER), la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de La Rinconada con una dotación económica de 450.000 euros, inversión captada a través de la convocatoria para la modernización y mejora de la conservación del patrimonio en zonas rurales, que el Consistorio complementará hasta los 600.000 en los que se presupuesta la obra, se está actuando para restaurarla para que siga siendo un símbolo del patrimonio municipal. En la actualidad, han finalizado los trabajos previos, que suponen una gran dificultad para garantizar la seguridad de la antigua chimenea con los movimientos de tierra durante la actuación. Así, se han limpiado las galerías de sótanos bajo el edificio, así como la cimentación de la grúa, que tienen ocho metros por dos de profundidad.

Las obras consolidarán una estructura que es singular y única en Andalucía, según los expertos.