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El Rinconada derrota en un soberbio partido al Morón, un auténtico equipazo que se fue de vacío del Nuevo Ramos Yerga
Si tiramos de hemeroteca en
cuanto a frases célebres vinculadas al mundo del fútbol, y recordamos eso que
decía Jorge Valdano, “el fútbol es un estado de ánimo”, el Rinconada ahora
mismo está en el ‘top’. El relevo en el banquillo, con la llegada de Dani Ruiz
por David Sánchez, con algunos cambios tácticos, pero con la misma base y una
idea similar de juego, ha cambiado por completo la cara de la entidad.
Posiblemente, ahora no sea tan bueno como parece, como seguro que antes no era
tan malo. Simplemente, cambió la dinámica, se acertó de cara a la portería
contraria, no hubo errores puntuales en momentos decisivos y la suerte, a la
que se llama con trabajo pero que no siempre lo acompaña, también parece haber
aparecido en el Nuevo Ramos Yerga.
Tras la victoria ante el Osuna,
que quebraba una muy mala racha que había acabado con el antiguo técnico fuera
del equipo, llegaba al feudo blanquiazul el Morón, un equipo de los eternos
aspirantes, con varios jugadores en su plantel de sobra conocidos en categorías
superiores. Además, en el Rinconada faltaban Joserra, Charro y David Cuevas,
que estaba en el banquillo tras molestias físicas. Sin embargo, el comienzo fue
fulgurante de los de Dani Ruiz, que encerraron a su rival con continuos balones
al área, aunque sin ocasiones claras de gol.
Conforme avanzaron los minutos,
el Morón fue ganando empaque, moviendo la pelota y castigando a los locales con
un tremendo desgaste físico detrás de la pelota. Y empezaron a llegar las
ocasiones de gol, con dos muy claras, fruto de pases filtrados entre la defensa,
que nacían de triangulaciones magistrales de los aruncitanos, pero ahí emergió
la figura de Jairo que, con dos soberbias paradas a Javi González, mantuvo el
empate en el marcador y a su equipo en el partido, cuando el colegiado indicó
el descanso.
En la reanudación había temor en
el cuadro rinconero, que había sido sometido a un gran desgaste físico. Además,
los de Dani Ruiz tenían el aire en contra. Pero hubo dos grandes noticias en
los blanquiazules. La primera que entró en el campo David Cuevas, que estuvo
incisivo entre líneas y fue un desahogo en ataque para los suyos. Y el segundo,
la irrupción de Adri García por el flanco zurdo. El futbolista se marcó un
partidazo en ataque y en defensa, desbordando continuamente a su par, acertado
en el regate y abriendo muchos espacios para el Rinconada. En el 64, una jugada
suya en la que dejó atrás a su par, sirvió para que el Rinconada anotara el
único tanto del partido. Sacó un pase al corazón del área y allí, David Cuevas
empaló a la escuadra lejos del alcance de Javi Romero.
Ventaja en el marcador, pero 25
minutos más alargue por delante. Quedaba un mundo y el Morón iba a vender muy
cara su derrota. Tocaba zafarrancho y defender la portería. Y el Rinconada lo
hizo a la perfección. Tuvo más la pelota que en el primer acto y logró vivir
lejos del área de Jairo. Evidentemente, los aruncitanos, que de calidad van
sobrados, pusieron en aprietos a la zaga, pero los defensas estuvieron muy
atentos y, cuando hizo falta, volvió a aparecer la figura de Jairo que desvió a
córner un certero cabezazo en el área chica cuando se cantaba el gol del
empate.
Al final, el canterano Dima
rompió a su par en el alargue y éste tuvo que derribarlo, viendo la tarjeta
roja, lo que, además de dejar ventaja numérica a los locales, arañó un tiempo
precioso al crono, el suficiente para que el árbitro pitara el final y los tres
puntos se quedaran en el Leonardo Ramos.
La próxima semana, los rinconeros visitarán al Camas en el Isidro Reguera en otro duelo de altura aunque, eso sí, la motivación y la moral blanquiazul, llegará por las nubes.