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El Rinconada remonta en un accidentado partido al Osuna para sumar tres puntos y que no lo haga un rival directo en la lucha por la permanencia
El Rinconada logró un importante
triunfo ante un rival directo en la lucha por la permanencia, como el Osuna.
Por ello, este triunfo tiene más valor, porque no es sólo añadir tres puntos al
casillero, sino que el rival no puntúa, lo que, a efectos de clasificación, se
ha traducido en que los ursaonenses se han metido en descenso y los de Dani
Ruiz toman aire y se elevan hasta la décimo tercera plaza.
El Rinconada salió al césped del
Nuevo Ramos Yerga con su irrenunciable idea de fútbol, esto es, salir con el
balón jugado desde atrás, acaparar la posesión de la pelota y tratar de abrir el
campo buscando opciones de superioridad de David Cuevas, para que pudiera
encarar.
Sin embargo, la cosa no empezó
bien. En el minuto 10, un error grosero de Ávalos dejó solo a José Ángel que,
al encarar a Jairo, fue derribado por el arquero rinconero. García del Valle,
el árbitro de la contienda, decretó penalti y amonestó al arquero. El ariete
visitante tuvo que abandonar el partido con un gran golpe e inflamación del
tobillo. Raya transformó el penalti, aunque Jairo llegó a tocar el balón, aunque
no pudo evitar el tanto de los de Fran Reina.
El tanto en contra no cambió el
guion del partido. El Rinconada seguía teniendo el balón y seguía rondando los
dominios de Darío. La suerte, eso sí, le era esquiva, especialmente a Kisko,
que tuvo dos clarísimas ocasiones en el primer acto: la primera se estrelló en el
larguero y, la segunda, la sacó un defensa de manera milagrosa cuando se
cantaba el gol en las gradas.
Con todo esto, al intermedio se
llegó con 0-1, pero en la reanudación, una nueva internada de Cuevas por banda
izquierda sirvió para que sacara un centro que Luis Cubero remató, otra vez, al
larguero, pero el rechace, en esta ocasión le cayó a Tete que, en boca de gol,
llevó las tablas al electrónico del Nuevo Ramos Yerga.
El empate no valía a ninguno,
pero el Osuna no buscaba los dominios de Jairo. Todo el peligro lo llevaba el
Rinconada y el abanderado en la parcela ofensiva era David Cuevas que, en el
70, logró adelantar a los blanquiazules en una nueva jugada en la que anduvo
más rápido que su par entrando por la izquierda y batió a Darío de tiro cruzado.
Los de Dani Ruiz lograban la
remontada pero los veinte minutos más alargue que quedaban por delante no iban
a ser un camino de rosas. Más por circunstancias propias que por el empuje del
Osuna que nunca se acercó por derecho a la meta de Jairo. Pero Doblas, un perro
viejo del fútbol provincial al servicio del Osuna, anduvo más listo que el
joven Parque en un lance del juego y García del Valle le enseñó la roja al
canterano rinconero, que dejó a su equipo con diez en el 77.
Con inferioridad, el Rinconada empezó
a gestionar los tiempos, con seguridad y defendiendo con el balón, creando
incluso más peligro que su rival, que seguía desaparecido en ataque. En el
último suspiro, el colegiado volvió a hacerse protagonista al enseñar la
segunda amarilla a Jairo por entender que perdía tiempo. El Rinconada acababa
con nueve y Carlos Ávalos finalizaba con los guantes bajo los tres palos
aunque, afortunadamente, no tuvo que intervenir porque el Osuna gestionó de
manera horrible la única opción que tuvo antes de que el trencilla indicara el
final del partido.
Con esta victoria respiran los
rinconeros antes de afrontar, con las ausencias de Jairo y Parque, la
complicada visita al Municipal Alameda para verse las caras con el Morón.
Quedan capítulos para cerrar el libro de la temporada, pero, a día de hoy, la
cosa pinta a final feliz.