Elvira Caballero llegó tarde a la gimnasia rítmica. Rondaba la treintena cuando, de la mano de su hija, a la que llevaba a clases de tecnificación, conoció a Verónica Díaz y a otros padres y madres de niñas interesadas en hacer gimnasia rítmica. Todo ello fraguó en la creación, en 1993, del Club Oso Panda Rinconada. Ella fue una de sus socios fundadores, comenzando su labor directiva como vicepresidenta de José Miguel Fernández. En el año 1997 asumió la presidencia y, desde entonces, ha permanecido al pie del cañón, trabajando por crear grandes deportistas y mejores personas. Desde entonces, la entidad, que comenzó con 12 gimnastas, alcanza la centena de niñas que, practican este deporte en el municipio, contando además con siete entrenadoras de pista, además de la directora deportiva, la también veterana en estas lides Verónica Díaz, de la que Elvira dice “es mis pies y mis manos”. Y, de momento, no se plantea dejarlo, aunque sí comenta que “algún día me tendré que retirar”.

Curiosamente, en el año 2009 se presentaba el libro de la historia del Patronato de Deportes de La Rinconada, que recogía una biografía de Elvira Caballero como nombre propio. En su perfil, decía que “ha reiterado en varias ocasiones su deseo de dar paso a savia nueva, pero al final siempre la terminaban convenciendo para que siguiera”. De eso hace once años, y sigue dejándose convencer. Suma media vida en la entidad, que se ha convertido en un apéndice más de su cuerpo y, en todos estos años, ha vivido muchas cosas, entre las que se destacan como grandes logros deportivos, el noveno puesto en un Campeonato de España de Conjuntos, con 63 conjuntos participantes, y la convocatoria de Ana Sánchez con la selección española para un control nacional. Sin embargo, a la hora de elegir su mejor recuerdo lo tiene claro: “Me quedo, me sigo quedando con la sonrisa de las niñas cuando salen del tapiz, ése es el mejor momento que he vivido y sigo viviendo en cada competición, en cada torneo y en cada ejercicio”.

En 23 años es imposible que no se produzcan momentos malos, pero prefiere no recordarlos: “me afectan en el momento, pero luego pasan, porque el el club sigue adelante”.

En su palmarés personal está el reconocimiento como Trofeo Alcalde de La Rinconada en la Gala del Deporte celebrada en el año 2004, teniendo el honor de ser la primera mujer en recibir la que, sin duda, es la máxima distinción del deporte en la localidad.

Sin duda, la historia de este club no podría entenderse sin ella.