La pandemia del Covid-19 sigue su curso y, a mayores de las consecuencias sanitarias y económicas de sobra conocidas, también afecta al deporte, en sus modalidades más modestas o minoritarias. A mayores del fútbol, que sigue compitiendo en las categorías del San José y el Rinconada, como si en la Federación pensaran que los futbolistas tienen un escudo que les hace inmune al Coronavirus, el resto de equipos han aplazado, de momento temporalmente, sus competiciones. Si hace unas semanas lo hacía el bádminton, que compite en la máxima división nacional, a él se unían el baloncesto y el balonmano, que han parado dos semanas a la espera de ver la evolución de los contagios. El fútbol sala también sigue, lo que confirma la ‘valentía’ del balompié, lo que se traduce en partidos suspendidos todas las semanas amén de una ruina económica para los clubes que compiten en estas divisiones y que tienen que tener los campos cerrados.

Con todo eso, y centrándonos en el plano deportivo, que es lo que compete a esta información, podemos hablar de escala de grises. Somos muy de extremos, de tocar el cielo y el infierno con una jornada de diferencia, cuando, quizás, lo más correcto, sea pensar que San José y Rinconada ni iban a ascender por ganar en el Cerro o al Algabeño, ni iban a descender por no pasar del empate ante el Puerto Real o el Pilas. Al final, la Liga se denomina por algo torneo de la regularidad y el puesto final lo determinará quien mejor controle los altibajos.

En el cuadro cañamero, el buen fin de primera vuelta y la victoria con diez al Algabeño había hecho soñar. Sin embargo, en Tomares, el equipo perdió y quebró la racha, aunque las circunstancias y lo exhibido en el campo del líder hizo pensar en solo un traspié que dejaba inamovible el objetivo. Sin embargo, la imagen fue bien distinta ante el Puerto Real en uno de los múltiples duelos aplazados por el Covid. Aunque los de ‘Che’ sumaron un punto, las enormes dificultades para llegar con peligro a la meta contraria pusieron al descubierto carencias demasiado relevantes como para querer aspirar a algo grande. Ahora, de nuevo en casa, los cañameros reciben a un Guadalcacín segundo en la tabla, un equipo sólido y fiable y una prueba de fuego para saber si la plantilla azulina da para pelear con los mejores, o los tres triunfos consecutivos no fueron más que un espejismo. ‘Che’ recupera a Isma tras su sanción, para un duelo que se jugará en el Felipe del Valle a las 12:00 horas con el arbitraje del cordobés Soler Romero.

Por su parte, el Rinconada viaja a Cazalla. En el caso de los de Nando, la prometedora vuelta tras el parón, con victoria en Hytasa y gran juego ante el líder, también se difuminó con un mal partido en Lora y un insulso e insuficiente empate ante el Pilas en casa. Este domingo, a las 12:00 horas, en el campo municipal del Moro de Cazalla de la Sierra, los blanquiazules podrían certificar su paso a la segunda fase que nadie quiere, la de luchar por salvar la categoría. Los de Nando han dejado momentos que invitaban a la esperanza, pero han sido tremendamente irregulares y, lo que es peor, han cometido demasiados errores groseros, sobre todo en defensa, que penalizan mucho en una competición tan igualada. Ante los de la Sierra Norte estarán dirigidos por el sevillano González Fernández.

En lo que se refiere al polideportivo, sólo habrá fútbol sala, y el Tres Calles no jugará al haber parón de dos semanas (no por la pandemia sino porque estaba estructurado así) hasta el 14 de febrero, cuando los de Domingo Ramírez se jugarán la vida frente a un rival directo, como el Pozoblanco.

Sí jugaré el filial, de Tercera Andaluza, en el Agustín Andrade, el sábado a las 18:00 horas ante Los más Pitufos, mientras que el San José FS, al que su grupo impar le obligó a descansar la semana pasada, quizás en su mejor momento, vuelve a las pistas como local en el Fernando Martín el sábado a las 18:30 horas, cuando recibirá al Guillena FS, con el arbitraje de Blanco Moreno y Fuentes Rodríguez.