En estos tiempos difíciles, Carlos Martínez ha sido uno de esos valientes que han dado el paso de poner en marcha nuevos proyectos con la ilusión por bandera, al tiempo que genera empleo en nuestra localidad. Uno de los puntos fuertes de Camaleón Negro es su terraza, escenario perfecto para apurar los últimos días de verano degustando tapas como la ensaladilla de gambón al ajillo, clásicos como alguna de sus parrilladas o el pulpo anticucho. Todo ello con una amplia selección de cervezas nacionales e internacionales así como sus vinos, para que el maridaje en el almuerzo o cena sea perfecto.

Apasionado del mundo de la gastronomía, Martínez ha apostado, como ya sucediera en su día con Saccularius, por el bar de la piscina Antonio Romero “El Negro” en la Avda. 28 de Febrero, 71. Una decoración urbana y actual que le da un plus a la oferta gastronómica que ofrecen.

Las mezclas de sabores que proponen desde cocina son originales y alguna puede llegar a sorprender, como las gyozas de cola de toro con crema de queso payoyo o el revuelto rustic. Y es que aunque la esencia de la carta continúa la línea de carnes a la brasa, burgers, entrantes, pescados y ensaladas a los que ya nos tienen acostumbrados, en Camaleón Negro el comensal también encontrará fueras de carta con productos frescos y platos con identidad propia que harán las delicias de todos los rinconeros que decidan sentarse en su mesa.