El San José agrandaba su buena racha. Eso sí, en las últimas jornadas de la Primera Vuelta, las victorias habían tornado en empates, ante la Estrella San Agustín, Peña Rociera y Puebla. En la Segunda Vuelta, los cañameros se estrenaban con victoria, sufrida, eso sí, frente al Mosqueo. Con lagunas en el juego, un gol de penalti de Kisko en el 97 dejaba los puntos en el Anexo y permitía, de paso, lograr la primera victoria como local desde el estreno del nuevo césped artificial.

En la salida a Pilas, frente a un equipo que no vivía un buen momento, pero al que la necesidad acuciaba, los de ‘Josito’ Hernández no dieron opción a su rival y lograron un nuevo triunfo, para llevar la racha imbatida a las 12 jornadas sin perder y para recuperar sensaciones en una semana que no ha sido fácil para los azulinos, que perdían a Nawfel, que se comprometía con el Viso, y a Mario Espinar, que emigraba a Guadalajara para enrolarse en las filas del Torrijos.

Con el central juvenil Samu en la convocatoria -el equipo espera cerrar a un defensor en las próximas horas- el San José llegaba al Manuel Leonardo Ventura dispuesto a encarrilar pronto el partido y a no sufrir. Y lo cierto es que el guion le salió clavado al preparador canario del cuadro cañamero, que cobró ventaja en el minuto 4, gracias a un remate inapelable con la testa de Luis Cubero, que envió a la red un sensacional pase de Joaquín desde la izquierda, y de Said, que se estrenaba como goleador en el 20, tras rematar otro envío perfecto de Pepe Calderón. Entre medias, el propio Said había rematado fuera una jugada de ataque clara y Ángelo había sacado un zapatazo que había sacudido el larguero de la meta de Barra.

Sin embargo, medida la segunda parte, el equipo tuvo un pequeño bajón. Alberto y Manu Gallardo no terminaban de entenderse y eso generó dudas en el plantel e hizo que los locales, espoleados con su público y con la obligación de dar la cara, se fueran arriba y gozaran de unos minutos de claro dominio completado con varias opciones de peligro, dos especialmente claras, en las que apareció Linares para dejar claro que es uno de los mejores porteros de la categoría y evitar que los pileños se metieran en el partido. La primera fue una salida ante Cisqui, que estaba totalmente solo. El arquero se hizo enorme y cerró las opciones de tiro al delantero, que estrelló el balón con el pecho del guardameta. La segunda fue una falta en la que Linares estuvo muy tapado y se vio encima un balón que había superado la barrera y que se colaba por la cepa del palo derecho del portero que, en un ejercicio de reflejos, metió la manopla para despejar a córner.

En la segunda mitad, el San José salió decidido a resolver el encuentro y a no dar ninguna opción a los locales. Dani Sánchez sustituyó a Said y dio una lección magistral de clase, de inteligencia sobre el verde y de determinación. Si fuera capaz de mantener el nivel y la mentalidad, el equipo tiene delantero para diez años. Primero con un pase exterior que acabó en un remate que atrapó el portero. Luego con un excelente balón pinchado al hueco y cedido a Luis Cubero, que anotaba el segundo de su cuenta particular y ponía el 3-0 en el marcador. Y la última, ya en el epílogo, fue un recorte en una baldosa, con caño incluido que acabó en un pase de la muerte que Samu no acertó a definir con una nube de defensores bajo palos.

Además, Kisko tuvo una ocasión clarísima, pero estrelló su remate, completamente solo, en el cuerpo del guardameta. Por su parte, los locales se fueron apagando con el paso de los minutos, ante el cansancio acumulado y la subida del nivel de los defensores cañameros.

Cuando Gómez Clos pitó el final del encuentro, los azulinos celebraron la victoria, en la que apenas hubo sufrimiento, aunque, eso sí, deja un peaje de cara al partido del próximo fin de semana ante el Pino Montano, pues Luis Cubero, Joaquín y Alberto vieron la quinta cartulina amarilla, por lo que no podrán ser alineados.