Las preliminares del Concurso de Agrupaciones de Carnaval del Gran Teatro Falla de Cádiz están en marcha y en la cuarta función del certamen, que por el nivel de las agrupaciones parecía unos Cuartos de Final, coincidieron la comparsa de Antonio Martínez Ares, la chirigota de Puerto Real y a la chirigota de Antonio Álvarez, ‘Bizcocho’, que volvía al coliseo gaditano después de una edición, celebrada en verano, en la que se quedó muy lejos de los puestos de cabeza con ‘Gente con chispa’.

Vaya por delante que el gusto es libre y que uno tiene más o menos asumido que, en todos los concursos, como dijo Javi Cuevas, “se barre para casita”. Pero si bien aquella agrupación -dedicada íntegramente a Sevilla-, en opinión de quien habla, era un despropósito, algo así como ir a ver a tu novia para hablarle de otra, lo que le pasó a Bizcocho en la última edición no entra en cabeza alguna y no puede entenderse más que como una tomadura de pelo a los aficionados. No quiero decir que los encargados de dar los puntos y dirimir quién pasa y quien no estén cualificados para tomar las decisiones. De hecho, estoy convencido de que lo están sobradamente. Bertold Brecht dijo que “aquel que no conoce la verdad es un ignorante, pero aquel que la conoce y la califica de ‘mentira’ es un criminal”. Esa frase, quitándole la trascendencia y el contexto en la que pronunció el dramaturgo alemán y llevándola al mundo del Carnaval, es lo que hizo el jurado. Y claro, la gente, que no es tonta, lo vio y lo expresó con las herramientas cada uno disponían.

Año nuevo, vida (y tipo) nueva. ‘Los mi Alma’ son un grupo de fantasmas, con una trabajada puesta en escena, que sustituye el forillo por diferentes sábanas con ojos a modo de la caracterización de los fantasmas de toda la vida que, a mitad de la presentación se levantan para quedarse suspendidas sobre las cabezas de estos chirigoteros. Un tipo para que les den “la Ouija de oro”.

Con autoría completa de Antonio Álvarez, sin apoyo de ningún gaditano ilustre, en el primero de los pasodobles se quejan, precisamente, del trato dispensado por el jurado en el carnaval de verano, pero su amor a Cádiz y a la fiesta les hace volver otro año. En el segundo, en el que cambia la música y el enfoque “serio” del primero, aborda, desde una óptica mucho más distendida y menos solemne, el mismo tema, con referencias al primer pasodoble y varios puntos del humor negro característico de esta agrupación y con un remate que dice que “al concurso ya le sobran los fantasmas”.

Los cuplés, que comienzan con el pito de ‘Los Cazafantasmas’ y terminan con un pegadizo estribillo que ya coreó la gente en su primer pase, hablan de ‘Los Jurado’, en este caso, y aunque el desarrollo pudiera indicar lo contrario -qué grande es el doble sentido-, no del concurso, sino de la familia de la tonadillera de Chipiona, y a la familia real con remate borde. En el estribillo, si no gustan estos “espectros, no pasa nada, me vuelvo al más allá, con sus muertos, con sus muertos”.

El popurrit es un derroche de ritmo, de ocurrencias, de pamplinas, que desató las risas del público, que los despidió al grito de “chirigota, chirigota”. Comienzan con ‘Los Ángeles Caídos’, diciendo que nos les dejaron entrar en el cielo, para seguir con Alejandro Sanz y ‘Cuando nadie me ve’. Otra referencia musical a una agrupación de Juan Carlos Aragón para narrar una historia de amor, no con la calle, sino con “una médium que estaba como unas maracas”.

Salen “despechaos” al carnaval con ganas de fiesta y “esta noche no se acuestan por los fantasmas no duermen”. Cuando se mueve una silla en la noche tranquilos, que no son ellos, “si no movía un mueble vivo, lo voy a mover muerto”. En Halloween se disfrazan de vivos y al Espíritu Santa lo llaman “gorrión”.

Cuarteta para la famosa ‘Begoña’ y más ironía para contar como se meten en el papel algunos mentirosos en diferentes situaciones… “qué bien actúas”, hasta que al final le dan un Goya al mejor intérprete.

Prefieren salir en ‘El Tangai’ que en ‘Cuarto Milenio’ y, como pueden ver los puntos del Jurado, refieren que los pasodobles “es por el año pasado”.

Se despiden para irse a la calle, donde emplazan a los aficionados… “Los Mi Alma, que se aparecen en forma de fantasmas”.

Buena actuación y presencia obligada en Cuartos, aunque vaya usted a saber lo que ocurre con el Jurado. Lo que está claro es que, sean campeones o se queden en la preliminar, como decían en su primer pasodoble, “quedarán en la memoria”. Por eso vuelven a Cádiz… “pa’ que te acuerdes de mí”.