El San José logró una victoria épica en el Ciudad de Alcalá ante el equipo de Carlos Conejero. Un triunfo histórico por distintos motivos, fundamentalmente porque el equipo supera la mayor racha de su historia sin perder, poniendo el listón en 16 partidos, por los 15 que tenía Cristóbal Mejía el año que el equipo subió a Tercera división. Además, fue un triunfo de enjundia ante un señor equipo, demostrando solvencia y capacidad, y asaltando la segunda plaza que estaba en poder de su rival. Para mayor mérito, el equipo acabó jugando con tres juveniles, más dos jugadores de primer año Senior y, de cinco ocasiones claras que hubo en todo el partido, cuatro fueron cañameras y sólo una del Alcalá, a la que habría que sumar el remate en el epílogo que Linares mandó a córner. El último logro que tienen Josito Hernández a tiro es completar una vuelta entera sin perder. Si no lo hace el viernes a las 20:00 horas en el Felipe del Valle ante el Mairena, conseguirá ese logro.

En el cuadro cañamero volvía Linares a la portería, Javi Cos relevaba a Selu en la derecha y Alemán formaba de central con Alberto, con Manu Gallardo en el banquillo sin minutos, posiblemente aquejado de una lesión. La dupla de centrales hizo pocas concesiones, aunque, cuando un equipo del potencial del Alcalá, aprieta, toca tener que sufrir. Un disparo de Layder muy desviado y una internada de Diego, fueron las credenciales del conjunto de Carlos Conejero, que tuvo la más clara en un cabezazo de Maycol tras un saque de córner en el primer palo, que Linares salvó con una mano magistral echándose al suelo y despejando el peligro.

El San José no le iba a la zaga al equipo alcalareño. Mimi se fajaba y trataba de combinar con Said y Mateo, mientras que Ángelo y Pepe Calderón se encargaban de lanzar el equipo adelante. Josemi tuvo un remate que se marchó desviado. Dani Romero doblando por la izquierda sacó un pase de la muerte que no encontró rematador y, la más clara, fue un balón filtrado entre línea a Said, que regateó a Blas, aunque se abrió y se quedó con poco ángulo, para acabar disparando al lateral de la red.

Un balón largo a Alan, el Pichichi de la categoría, puso el corazón en un puño a los aficionados cañameros, pero un pie magistral de Alberto, espectacular todo el choque, al igual que Alemán, abortó el peligro. El San José lanzó la contra, la pelota llegó a Dani, que sacó un pase de la muerte al que Said no pudo llegar, pero la zaga no terminó de despejar y Ángelo metió la punta de la bota para anotar el gol. El balón entró llorando y con suspense, pero el tanto subió al marcador en el 44, un minuto psicológico. El técnico alcalareño se desgañitaba en la banda, mientras los cañameros celebraban por todo lo alto un gol que valía oro.

Vizcaíno Parrado alargó en exceso la primera parte, y el Alcalá trató de hacer el tanto del empate, pero Alemán y Alberto abortaron cualquier ocasión de peligro.

En la segunda mitad, el equipo local salió mandón con intención de encerrar a los azulinos y lograr el empate. Algo que esperaban en el San José, que sabía que tendría que contener a los alcalareños durante los primeros diez minutos pero que, si lo hacía, tendría mucho ganado. Los cañameros supieron apretar los dientes, con un ejercicio de solidaridad defensiva en el que todos participaron, desde los delanteros a los defensas. Mimi, que había hecho un buen partido, vio la amarilla y Josito lo retiró del campo para dar entrada a Joaquín. El lateral, que inicialmente se ubicó por delante de Dani, tiró de físico, fue capaz de aguantar la pelota y descongestionó el asedio de los locales, dando un aire muy necesario al San José. Luego tuvo que ubicarse en su zona natural, tras el cambio de Dani, que arrastraba problemas en la rodilla. Josito metió en el campo a Javi Pérez y el juvenil, pidió la pelota, encaró, se fue y generó mucho peligro, dando la sensación de tener 28 años. De hecho, una jugada suya en la que se va de hasta tres contrarios, acaba en un balón que Mateo manda fuera cuando os aficionados cantaba el gol cañamero. Poco después, fue Pepe Calderón, otro que hizo un partido para enmarcar, el que pudo un córner al primer palo de dulce, Alberto le ganó la partida al central y remató fuera del alcance de Blas. El balón tocó el larguero y botó en la línea. Los cañameros reclamaron que había sido gol, pero Vizcaíno Parrado no lo concedió. La ocasión, no obstante, fue clarísima.

Pasaban los minutos y el Alcalá sabía que tenía que hacer un último esfuerzo, pero ya las ideas, fruto del cansancio, no estaban tan claras. El San José se defendía bien y no renunciaba a hacer el segundo. Javi Pérez hizo otro jugadón, pero Blas se estiró como si de un gato se tratase para quedarse con el cuarto antes de que pudiera llegar a Mateos, que se relamía esperando el balón.

Josito introdujo a los juveniles Pichi y Samu Acuña, que no se amilanaron y dieron la cara en un partido de tanta responsabilidad. También puso de su parte Dani Sánchez y Javi Cos, que se encargó de que, en ningún momento, se echara de menos a Selu.

En el 96, un remate a la desesperada del Alcalá, cuando el equipo estaba embotellando la meta de Linares fue desviado a córner por el arquero y ahí murió el partido, haciendo estallar el júbilo de los aficionados del San José, que celebraron por todo lo alto la victoria azulina.