Volvió Paqui Bernal a su lugar de nacimiento, La Rinconada, desde Barcelona, donde vive actualmente, para presentar en Estación de las Letras su novela ‘La mirada vaciada’ y lo hizo en la mejor compañía, Mar Moreno, exdiputada autonómica y expresidenta del Parlamento Andaluz, que actualmente desarrolla su faceta de jurista y escritora. También estuvo acompañada Bernal por su sobrina, Alicia Bernal, que cantó ‘Piensa en mí’, la canción de Luz Casal y que fue el preámbulo de este encuentro literario.

La delegada de Cultura, Raquel Vega, que dio la bienvenida a las autoras y al público asistente, destacó que hablar de Paqui Bernal es sinónimo de “una literatura llena de profundidad, vital, con causa, curtida en la investigación”.
Paqui Bernal nació en La Rinconada, de padre malagueño y madre de ascendencia portuguesa, a los 13 años emigró con su familia fuera del municipio. Una niña que tuvo que adaptarse a su nueva realidad en Madrid, que estudió Filología Románica y Anglogermánica y al graduarse eligió la docencia y se convirtió en profesora de inglés.
Sus primeros pasos en la escritura fueron simples anotaciones en el cuadernillo que la acompañaba en sus viajes: reflexiones sobre pasajeros curiosos, descripciones de horizontes inspiradores... Más tarde, mientras se formaba como escritora en el Ateneo Barcelonés, escribió varios cuentos de suspense publicados en diversas antologías y acabó su primera obra titulada ‘El silencio de los niños’. Ya en 2019, mientras cursaba el Máster en Creación Literaria en la Business School of Management de la UPF, fue elaborando la novela que aquí ha presentado: ‘La mirada vaciada’.

Esta novela, publicada por Nova Casa Editorial, es una novela coral, donde en ausencia de narrador hay tres voces, los tres protagonistas, que la relatan, dando una visión amplia desde distintos puntos de vista. “Aproxima a la trama a través de tres miradas diferentes, tres enfoques que contrastan, que aportan matices a lo que sucede. No faltan miradas precisamente en esta novela”, explicó Moreno en la presentación.

La autora señaló que en su novela hay romanticismo, erotismo y suspense, donde los personajes van evolucionando a lo largo de la historia. Así, introduce al lector en la historia de Sameentha, una angloíndia graduada en Arquitectura, y de Pablo, un estudiante de Informática algo más joven que ella, ambos iniciarán una relación muy sensual. El exotismo de sus respectivas culturas, tan sumamente diferentes, contribuirá a incrementar la enorme atracción física del uno hacia el otro.

Durante sus viajes al Rajasthan y a Bristol, y en la propia Barcelona —donde ambos conviven en el piso compartido de Sam— todo parece idílico. Hasta que alguien descubre una cajita que contiene un juego en el que Sameentha y Pablo participan, pero las propuestas de ese juego no concuerdan en absoluto con la imagen de persona afectuosa y desprendida que Sam proyecta de sí misma.

“De lo que se trata es de una relación tóxica, de poder y dominio, de control y sometimiento de una parte sobre la otra, con la incursión de Emma, la madre de uno de ellos y su diatriba de si intervenir o no”, refirió Bernal.

Para tratar esta relación tóxica y de violencia psicológica, Paqui Bernal se ha documentado en profundidad, acudiendo incluso a fuentes jurídicas y penales, y también se ha inspirado en lo que, en estos años de enseñanza, ha podido ver en su alumnado.

Junto a la documentación y el trabajo, la novela deja clara su visión cosmopolita, su formación y sus lecturas. Así afirmó que “sin leer no puedes escribir, la mejor escuela es la lectura”.