Los 132 kilómetros cuadrados del término municipal rinconero están jalonados por hasta 15 vías pecuarias clasificadas como cañada, cordel o vereda, tres variantes que explican el nivel del ganado que en época de trashumancia utilizaba estos caminos para ir de una población a otra. Hoy, estos recorridos pertenecen a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta "se utilizan para fines más relacionados con las rutas senderistas, en bicicleta, etc.", como explica el primer teniente de alcalde y delegado de Urbanismo y Medio Ambiente, Cristóbal Blázquez.
La pérdida de uso originario permite a los ayuntamientos que en la planificación de los crecimientos se incluyan las vías pecuarias a cambio de ofrecer a la Junta la misma extensión de terreno que se ocupa con un trazado alternativo de continuidad con lo existente.
En esta línea, el Pleno de enero aprobó la propuesta por la que cinco de las 15 vías pecuarias afectadas por el Plan General, serán permutadas a la Junta. En total, "126.000 metros cuadrados que nos permitirán crecer de forma homogénea creando una red urbana sin saltos", apunta Cristóbal Blázquez. De entrada, la primera desafección propuesta pasa por cambiar 12.500 metros cuadrados del conocido como Cordel de Brenes -próximos al cementerio de San José- por la misma extensión en la vía bautizada como Camino de Villaluenga a la Dehesa de Cartuja, en conexión con Casavacas.