María José Martínez Perza conoce el terreno que pisa. El Gobierno andaluz la ha nombrado delegada provincial de Innovación, Ciencia y Empresa, el eslabón en Sevilla de la Consejería que tiene la responsabilidad de visualizar los proyectos de desarrollo que posicionen a Andalucía en la segunda modernización.

 

Acumula 10 años de experiencia en desarrollo local rinconero y en los últimos cuatro ha conocido a fondo la provincia como gerente de la Agencia IDEA, ¿cómo se ve La Rinconada desde arriba?
La Rinconada es noticia. Me consta que es un referente no sólo gracias al sector aeronáutico, sino por el perfil de municipio emprendedor que tiene e imprime a sus empresas. Que la maquinaria de la Administración local funcione no sólo en asumir grandes retos como Aerópolis, sino en generar, dar cauce y apoyo a la inicitiva empresarial, es la ventaja competitiva de La Rinconada.
¿Cómo interpreta el dato de que 3.000 empresas producen en La Rinconada?
Es prueba de la agilidad de la que hablo. Es un buen dato que referencia el dinamismo de la economía local; yo dejé la Agencia de Desarrollo con 1.800 altas en el IAE. El emprendimiento hay que motivarlo y dar opciones a los que tienen una idea de negocio. Eso en La Rinconada se hace y ahí están los resultados.

 

¿Qué cree que puede exportar  el modelo rinconero?
Buenos profesionales, cultura emprendedora, buena escuela y el escaparate que supone desarrollar tu actividad en un municipio con prestigio acumulado. El optimismo empresarial se retroalimenta.

 

¿Qué requisitos debe tener el emprendedor de hoy para triunfar?
La Consejería busca en Andalucía el perfil de emprendedor que existe en La Rinconada: el que emprende por oportunidad y no sólo por necesidad. Hay que evolucionar hacia ese nuevo concepto desde la innovación como eje transversal.; hay que buscar el hueco y hacerlo por convicción. Esa clave, La Rinconada la cumple.

 

La innovación parece liderar el necesario cambio de mentalidad en la empresa.
La innovación no es la meta sino el camino. No hay que ceñirla a los avances tecnológicos, sino que hay que concebirla desde la transversalidad y aplicarla a sistemas de organización, a mercados, a productos... El reto está en ganar productividad desde la innovación.

 

¿Cuál es la base de la innovación?
Sin duda, el conocimiento, la investigación, el desarrollo de nuevas soluciones. En la sociedad del conocimiento, la generación de ideas es un activo que puede convertirse ser la mejor ventaja sobre nuestros competidores. Andalucía atrae cerebros.

 

¿Quien tiene una idea, tiene un tesoro?
Quien sabe administrar e implementar una idea, quien no se queda en la fase de alumbramiento, quien tiene constancia, tiene un tesoro.
En la Consejería ningún buen proyecto se queda en el cajón. Hemos cambiado el chip y creado una única orden de incentivos que agilice el sistema de acceso a financiación. La idea, es negocio.

 

¿Hacia dónde se dirige la iniciativa?
Tenemos importantes sectores emergentes como referencia. Somos fuertes en energías renovables, especialmente solar, en aeronáutica, en tecnologías de la información y comunicación, en temas medioambientales. Avanzar en esas líneas de negocio es jugar a caballo ganador.

 

¿Cuál es el mayor enemigo de la empresa andaluza?
La falta de sana ambición y de orgullo. Durante muchos años se dañó hasta tal punto la autoestima que aún hoy se deja notar en el elevadísimo grado de autocrítica que tenemos. Asumir nuestro potencial real, nuestra capacidad y nuestra preparación, produciría una mejor venta de la buena cuenta de resultados que ya tenemos.