Otra pieza del nuevo entramado urbano comienza a visualizarse en la zona vieja de San José con la construcción de la segunda estación de Cercanías, "una infraestructura que no sólo potenciará el uso de un medio de transporte clave para el municipio y para una zona de expansión residencial, sino que a su vez permitirá regenerar una de las barriadas más antiguas de este núcleo", como explica el alcalde, Javier Fernández.

 

Hace un mes que comenzaron las obras del moderno y funcional apeadero que se sumará al actual, en las que el Adif del Ministerio de Fomento invierte 2,8 millones de euros y que tendrá que estar en funcionamiento en el plazo de diez meses.

 

En paralelo, el Ayuntamiento está reformando íntegramente las calles próximas a la futura estación. Se trata de una remodelación integral que tiene como objetivo regenerar zonas envejecidas e integrarlas en la nueva trama urbana "equiparando el nivel de espacios, infraestructuras y servicios públicos al de las nuevas barriadas que surgen con el crecimiento", en palabras de Fernández. Este tipo de intervenciones se han desarrollado ya en la zona de la calle Cultura y también en la barriada Santa Cruz, donde se puso en marcha un plan específico.

 

Ahora es el turno de Portugalete o Las Golondrinas, los nombres populares con los que se conoce a esta zona próxima a las vías del tren y a las que une en la parte trasera la calle Santiago, referencia urbanística de la actuación.

 

La superficie total sobre la que se interviene llega hasta los 10.743 metros cuadrados, en los que se incluyen las calles Los Cisnes, Las Golondrinas, la propia calle trasera a Santiago, Fernández de Córdoba y el final de Bécquer.  La reforma tiene un coste total de  895.000 euros y estará finalizada antes de las navidades.

 

El primer teniente de alcalde y delegado de Urbanismo, Cristóbal Blázquez, asegura que "estas obras darán un impulso definitivo a un espacio históricamente degradado, al tiempo que mejorará también sus redes de saneamiento y abastecimiento".

 

La actuación incluye la creación de una vía principal que conectará el nuevo apeadero con el Paseo del Almonazar, que tendrá conexión con el carril bici y zonas de aparcamiento. Asimismo, se levantará una pantalla antisonora para evitar los posibles ruidos generados por los trenes. La reforma incluye igualmente la creación de una plaza al final de la calle Murillo, que conectará Las Gaviotas con Los Cisnes y una rotonda, en este mismo espacio, que ordenará el tráfico de la zona y permitirá su integración total con el resto de la trama urbana.