El Rinconada suma uno de los últimos seis puntos en litigio. De antemano, en el seno del club blanquiazul sabían de la dificultad de la visita al feudo del Algabeño, no sólo porque los hombres de Diego Tristán tienen una propuesta de fútbol muy atractiva, sino porque la afición local lleva a los suyos en volandas y, dada la rivalidad existente por la cercanía de ambas localidades, la motivación iba a ser muy importante, sobre todo para el peor clasificado de los dos.

La escuadra de Andrés Millán mostró un respeto máximo por su rival, pero no evidenció sobre la hierba artificial la diferencia de puntos y la clasificación en la tabla. Eso sí, los rinconeros tuvieron la primera ocasión en una rápida contra que acabó con un balón en los pies de Selu, que se hizo un lío y no fue capaz de sacar el disparo. Al margen de eso, los visitantes trataban de explotar sus armas, con saques de banda muy largos de David Gallardo, con Velásquez prolongando hacia atrás en el primer palo o rematando con todo desde el punto de penalti.

Por su parte, los locales, abrían el campo, tratando de explotar su velocidad en banda, sobre todo de David Catalán, para generar peligro sobre la meta de Dani. En una gran internada del diez por la derecha, su pase al segundo palo acabó con un paradón del guardameta, aunque la jugada estaba invalidada por fuera de juego. El balón rondaba la meta rinconera y los de Millán trataban de contrarrestar con fútbol directo el juego local. Aunque, a priori, parecía que el estilo algabeño le iba bien a la filosofía de los blanquiazules, la presión en la línea de creación no surtió los efectos esperados y al término del primer tiempo, si bien el marcador era de empate a cero, la sensación que quedaba en las gradas era que los locales merecían mejor suerte.

La efectividad de los celestes iba a aparecer en el prólogo del segundo acto, cuando Jero Baena lograba adelantar a los de Diego Tristán, obligando al Rinconada a abrir el campo y a mover el banquillo en busca de lograr la igualada. Ello generó opciones para los de Millán, sobre todo una de Ávalos, que había entrado en la segunda parte, pero también le ocasionó problemas a la contra, dada la velocidad del Algabeño. De hecho, en la recta final, cuando los de Millán asumían riesgos para recuperar, al menos, un punto, David Otero logró el segundo gol local y sentenció la contienda.

Los hombres de Andrés Millán se quedan quintos en la clasificación, siendo superados por el Paradas y por el Puebla, antes de volver al Nuevo Ramos Yerga, donde se enfrentará el próximo fin de semana al Soleá de Marcos Márquez.

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