El San José comenzó la temporada con un triunfo de prestigio en la Ciudad Deportiva Eleuterio Olmo de Pozoblanco, un difícil rival, con jugadores veteranos curtidos en mil batallas, lo que otorga más valor al triunfo de los de Maldonado que, tras una primera parte repleta de imprecisiones que acabó en un bronca monumental del entrenador en el descanso, mejoró su imagen en la segunda exhibiendo su excelente pegada y llevándose tres puntos en el zurrón que permiten comenzar con buen pie la temporada.

El San José comenzó viéndolas venir, con un fútbol excesivamente directo y sin hilvanar dos pases seguidos. El Pozoblanco tampoco era el adalid del raseo de balón, pero sí lo intentaba más que los cañameros y gozó de algunas oportunidades, gol anulado incluido, que hicieron a Sebas tener que lucirse, manteniendo a los suyos en el partido.

La tónica cambió en la segunda parte porque, en el 47, Saborido enganchó un balón en el punto de penalti y se sacó un tiro seco y raso que batió a Arévalo. Los de Juan Carlos Quero apretaron, con un fútbol más directo, con abuso del balón parado gracias a la complicidad del colegiado, excesivamente tarjetero y que barría para casa. Sebas respondió, en algunos casos, con ayuda de los palos, la defensa y la suerte, que se puso de parte de los azulinos (que estrenaban la nueva equipación roja de Nike).

En el 70, en una contra bien llevada por Dani, Lobo hizo el segundo y el San José respiró tranquilo, aunque los locales no terminaron de rendirse. Pudo llegar el tercero en un tiro al palo de Saborido cuyo rechace, a puerta vacía, no fue capaz de empalmar Suárez. En el 88, Zara acortó distancias de falta directa y creó incertidumbre a las huestes cañameras en los siete minutos de alargue que prolongó el partido el jiennense Álvarez Dorado.

A pesar del sufrimiento, los de Maldonado fueron capaces de conservar la renta y se colocan colíderes en División de Honor, antes de recibir al Rota en el Felipe del Valle.