El Rinconada sumó un nuevo triunfo a domicilio para mantenerse en el liderato y no permitir que sus perseguidores le comieran terreno. En una jornada en la que los de David Sánchez conocían las victorias de Pilas (5-1) ante el Loreto, y Puebla (4-1) ante el Campana, los rinconeros salieron al campo Alfredo Librero de Aznalcóllar dubitativos, acusando las bajas que acumulaban en su once inicial y cediendo ante el empuje de un motivado conjunto local.

Durante la primera parte el Rinconada no ofreció la imagen de equipo líder, mandón, sino que estuvo merced a su rival y no se fue al descanso perdiendo por las dos grandes intervenciones de Jairo, que salvó a los suyos de tener que remontar un marcador adverso.

El paso por la caseta sentó bien a los visitantes, que salieron al césped artificial de la localidad minera con renovados bríos y con ganas de resolver la contienda, sabedores ya de que el cuarto en discordia, La Barrera, también marchaba por delante en el San Sebastián de Albaida.

Y en el minuto cinco de la reanudación, apareció el de siempre, el que nunca falta a su cita con el gol. David Cuevas culminaba una trenzada jugada en ataque de los blanquiazules para adelantar a los suyos en el marcador. Y ese gol, que quizás no hacía justicia a lo visto hasta entonces sobre el rectángulo de juego, fue la llave para la transformación visitante, que se hizo dueño y señor del encuentro, ante un rival que bajó los brazos y acusó el esfuerzo del primer acto al verse por debajo en el marcador.

Abel Pando hacía el segundo en el 71, lo que sentenciaba el partido y permitía evitar sobresaltos de última hora y, ya gustándose, llegarían el tercer tanto visitante, obra de Adri García y el cuarto, ya con el tiempo cumplido, obra de Colela.

Con este triunfo, los de David Sánchez se mantienen en cabeza, una semana antes de recibir en el Nuevo Ramos Yerga al Albaida, en una jornada que dejará el duelo entre Pilas y La Liara, en el Manuel Leonardo Ventura, y la visita del Puebla a San Juan para jugar con el Loreto, una jornada antes de que ambos perseguidores se vean las caras en el San Sebastián cigarrero