El partido marcado en rojo en el calendario del San José de los dos que quedan esta campaña es el que el próximo domingo se jugará en el Felipe del Valle ante el Peñarroya, un rival que le endosó un 4-0 a los cañameros en la primera vuelta y que, a día de hoy, marca la frontera teórica (si no hay descensos en cadena) de los equipos que perderían la categoría.

Los pupilos de Maldonado necesitan ganar para amarrar su plaza un año más, a la espera del último partido y el resto de resultados para huir de la quema si se produjeran más descensos. Ante un Recreativo B o, como se llama ahora, Atlético Onubense, los cañameros jugaron en cuadro, con varias bajas por sanción y varios juveniles en la convocatoria.

Sin embargo, el partido se puso bien para los visitantes, con la roja a un defensor local en el 21. Todo fue un espejismo porque dos minutos después los locales se adelantarían a la contra. En la primera parte, el San José plantó cara, pero se desfondó en la segunda, encajando un segundo gol en los prolegómenos del segundo acto. Ahí ya entregó la cuchara. Luego llegaría el tercero y aunque el juvenil Rubén Navarro acortó distancias, el Onubense mató el partido haciendo el 4-1 y dejando a los cañameros sin puntos, para que el duelo ante los mineros del norte de Córdoba cobre una importancia capital.