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El San José cae ante el algabeño tras disponer de diversas ocasiones que no fue capaz de finalizar
Decía Fran Martínez en la narración del Algabeño-San José
para Radio Rinconada que el fútbol no es merecimiento, sino acierto, o que el
merecimiento lo determina el acierto. Sea como fuere, el San José mereció mejor
suerte ante los pupilos de Diego Tristán, pero erró de cara a la meta de Pablo
-sobre todo en la primera parte- y quien perdona en fútbol lo termina pagando.
Y ese es el mal endémico de los cañameros, no sólo ante los de La Algaba, sino
durante toda la temporada y varios años atrás.
El equipo de Maldonado salió enchufado al campo ante un
rival que no sabía lo que era aún la victoria esta temporada. Las señas de
identidad de siempre. Presión arriba para tratar de salir con velocidad a la
contra. La estrategia le salió bien a los azulinos que, por momentos, tuvieron
contra las cuerdas a su rival, que ni carburaba ni hilvanaba tres pasas
seguidos ante la insistencia de los del Felipe del Valle. Lobo tuvo la más
clara, clarísima, pero no acertó. Y luego hubo algunas más que también se
fueron al limbo.
En la segunda mitad el San José perdió un poco de intensidad,
fruto del derroche físico durante la primera parte y de los cambios que
introdujo Maldonado, que no causaron el efecto esperado. Álvaro Lora, que había
sido un puñal en el primer acto, se diluyó como un azucarillo y la pérdida de
mordiente la aprovecharon los algabeños para dar un paso al frente. Las fuerzas
se equilibraron y el partido, aún con imprecisiones y con falta de rigor
táctico en ambas escuadras, era interesante para el numeroso público que seguía
el partido, con muchos viejos conocidos de la afición cañamera en las gradas.
El duelo estaba en que el que acertase se llevaría el partido y la suerte, como
casi siempre esta campaña, le dio la espalda a los azulinos. Pipi, en el 74, se
aprovechó de una jugada afortunada en la que la defensa azulina reclamaba fuera
de juego, para batir a Álex. Y desde entonces, ya no se jugó. Continuas
pérdidas de tiempo y un San José incapaz de generar peligro y de sobreponerse
al gol en contra. Sólo un remate que se fue fuera, a la derecha de Pablo, hubo
en el bagaje ofensivo cañamero.
El San José sigue en descenso y la próxima semana recibe a
un Cabecense crecido que viene de golear 4-0 al Espeleño, precisamente la
próxima salida de los de Maldonado. dos rivales poco propicios para cambiar la
dinámica.
El mejor en defensa: Jaime Otón. El jugador fue un valladar
en el juego aéreo y sacó siempre la pelota con criterio.
El mejor en ataque: Álvaro Lora. Aunque desapareció en la
segunda parte, fue un azote contino en la primera. Creo mucho, aunque sus
compañeros no pudieron aprovecharlo.
Un partido para olvidar: Lobo. El delantero las pelea todas, pero si se presenta una tan clara, no se puede perdonar. Lo hizo y su equipo lo acabó pagando.