El fútbol no entiende de memoria, aunque el grueso del plantel y el cuerpo técnico obrara hace poco más tres meses el ansiado ascenso a Primera Andaluza. Lo cierto es que los pupilos de David Sánchez no han empezado bien ni a nivel de juego -con lagunas en defensa y ataque y algunos jugadores lejos de su mejor forma-, ni en resultados, donde han perdido choques en los que merecieron mejor suerte.

El de ayer fue uno de esos partidos raros, que se esperaba con ansia para revertir la crisis de puntos y lavar la imagen exhibida en Pedrera y Bellavista, donde el equipo estuvo lejos de su mejor nivel.

Todo parecía ir bien. El Rinconada dominaba y creaba ocasiones claras, pero no terminaba de materializarlas. Y todo se complicó cuando el Estrella, en su primera llegada con peligro, logró batir a Jairo por medio de Jonay, con el que acabarían soñando los rinconeros. Y es que el jugador alcalareño transformó el penalti que supuso el 2-0 al filo del descanso.

En la segunda parte, Rafa Villanueva metió a su equipo en el partido y, con el 1-2, el Rinconada se volcó, pero se quedó con diez por la expulsión del propio Villanueva. Sin embargo, eso no mermó el acoso de los de David Sánchez que, como contrapartida, tuvieron que dejar huecos atrás que propiciaron diversas ocasiones visitantes. Y en una de ellas, en el 82, otra vez Jonay, hizo el tercero para su equipo y redondeó el hat trick para la Estrella. David Cuevas hizo el 2-3 en el 88, y el Rinconada lo intentó hasta el final, pero el empate, que hubiera rescatado un punto como mal menor, no llegó a producirse.

A pesar de que la imagen del equipo mejoró notablemente respecto a los últimos partidos, en el nuevo Ramos Yerga sonó el runrún que apremia a cambiar la dinámica de resultados. La próxima semana, el Rinconada visita al Villafranco, como penúltimo en la clasificación, con solo La Barrera por detrás.