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El San José empate en el Manolo Mesa de San Roque en un duelo en el que tocó sufrir plagado de bajas
No se puede decir que el San José
esté teniendo suerte con sus efectivos. A la baja de Cristian Mariscal, que no reaparecerá
hasta después de Navidad, había que sumar la del sancionado Sebas, el bastión
de la defensa, la de Juan Martín, de nuevo lesionado, Dani, que aún no se ha
recuperado, y Nino, que tras la espantada ante el Estrella San Agustín, no ha
aparecido y parece que está más fuera que dentro de la plantilla.
Sin embargo, este equipo se crece
ante las adversidades. Puede pinchar de forma inesperada ante el Estrella San
Agustín, pero sabe afrontar los partidos cargados de tensión. Los vimos en le
Manolo Mesa de San Roque, un campo pequeño, con mucha presión ambiental –aunque
no había mucho público- y un equipo curtido, que manejaba a la perfección las
dimensiones, el viento –que jugó una importancia capital- y el tempo del
partido.
Salieron a morder los gaditanos y
el San José a defenderse, tratando de salir a la contra. Los cañameros se
sienten cómodos en esa tesitura, pero a veces, abusan de aguantar la pelota,
sobre todo Lolo, que se empeña en regatear, con el riesgo que supone y a la
par, ralentiza mucho la fluidez del juego cañamero. Las ocasiones eran para los
de Guti, aunque los azulinos mordían cuando les daban la oportunidad. Lo más
destacado en el primer acto fue un tiro al larguero de los locales, en una
jugada en la que Isaac estaba adelantado, y un remate del propio arquero desde
su casa, que se envenenó con el viento y obligó a David a lucierse, enviando la
pelota a córner.
En la segunda mitad, con el
viento a favor, el San Roque aprovechó un centro chut de Romero que se cerró
con el viento y se acabó colando en la meta cañamera.
Tocaba remar contracorriente, el
duelo se complica y un negro horizonte se ceñía sobre las opciones de los de
Dioni Arroyo. Pero una contra con una genial salida de balón de Jurado a Álvaro
Zapata, que acababa de salir, éste dio el pase de la muerte a Rubén Rodríguez y
el alcalareño, en el mano a mano, batió a David. Horrible gestión de la ventaja
del San Roque, que defendió horrible la jugada del empate azulina.
De ahí al final, Emilio disfrutó de un mano a mano que desbarató el portero y Borja sacó un zapatazo que obligó a Isaac a hacer la parada del día, pero el marcador ya no se iba a mover, dejando a los cañameros un punto que sabe gloria y que tendrá que hacerse bueno la semana que viene en el Felipe del Valle.