La escritora y periodista madrileña ha recibido el Premio Factoría Creativa de las Letras 2023 en Estación de las Letras de La Rinconada. Además, ha descubierto una placa escultórica en el Sendero de la Creación, donde ya forma parte del patrimonio cultural municipal
El Ayuntamiento de La Rinconada ha hecho entrega del Premio Factoría Creativa de las Letras 2023 a la escritora y periodista Marta Robles, en un acto celebrado en el Centro Cultural de La Villa, que ha estado conducido por el escritor y mentor de la Feria del Libro, Fernando Iwasaki.
La delegada de Cultura, Raquel Vega, que ha hecho entrega del premio a Robles, ha destacado de ésta su compromiso social, su labor periodística, su talento literario, y su pasión.
Al recoger este galardón, Marta Robles ha señalado que en La Rinconada “pasan cosas mágicas, y lo fundamental es que la cultura y la lectura son de todos y para todos. Yo creo que la cultura no puede ser un lujo, es fundamental. El primer derecho de los seres humanos es la identidad y la identidad se construye a través de la cultura. Gracias por este premio, y gracias por dejarme formar parte de este colectivo de gente con emoción, talento y enorme generosidad”.
La dama de la novela negra
Acto seguido ha dado inicio una tertulia literaria entre Iwasaki y Robles donde han hablado de la obra de la autora y ha comenzado con su incursión en la novela negra a través del detective Tony Roures, saga de la que ha publicado ‘A menos de cinco centímetros’, ‘La mala suerte’ (Premio especial Aragón 2018) y ‘La chica que no supiste amar’ (Premio 2019 de Narrativa Castellón Letras del Mediterráneo; Premio Nacional de Literatura Alicante Noir 2021), ésta última, la presentó en La Rinconada el año pasado.
Así, la ganadora del Premio de Novela Fernando Lara por ‘Luisa y los espejos’, ha explicado que siempre ha sido una lectora voraz desde niña, empezó a leer a Enid Blyton y se convirtió en una pequeña detective. “Borges decía que a los académicos no les interesaba el género negro y policíaco porque no era lo suficientemente aburrido. Es un género que no nos suelta, porque está escrito de forma atractiva, y nos hace sentir inteligentes para averiguar quién es el malo. Descubrí a Edgar Allan Poe y el género negro, que es diferente el género policíaco, porque mientras que el policíaco distingue la vida entre buenos y malos, el género negro, que nace en los años 20, en Chicago, en una sociedad corrupta donde no se puede confiar en nadie, surge un personaje que es el detective, que se puede saltar las reglas, pero defiende como un héroe maldito a las personas de esa sociedad tan corrupta”.
Tomando como base todo lo leído quiso crear un detective para “recuperar ese tono del género negro que a mí me había enganchado desde que conocí a Poe. Se me ocurrió un detective y además singular, que fuera un ex corresponsal de guerra, por una razón sencilla, porque vuelven de las guerras con muchísimas cicatrices en el alma. Eso hace que no juzguen a los demás, que entre el blanco y el negro vean infinitas tonalidades de grises”.
Tony Roures es un tipo que lee mucho, que pone música adecuada en cada momento, por eso las novelas tiene banda sonora, y es muy empático, que escucha y atiende. “Lógicamente es un seductor, porque como yo siempre digo, si hay algo que convierte a las personas en seductoras es saber escuchar, porque cuando uno nos escucha, nos hace únicos”. Un nombre, el del detective, que es un homenaje o tal vez una “colleja” a su padre, Antonio Robles, con el que la escritora tuvo una relación distante “porque él era práctico y yo romántica”. Le puso el nombre catalán porque “quería ocultar el nombre de mi padre un poco y también por el Carvalho de Manuel Vázquez Montalbán”.
Preguntada por Iwasaki sobre las diferencias entre la novela negra latinoamericana y la europea, Marta Robles ha señalado que la diferencia sustancial es la manera de contar: “En España se tira más hacia esa novela de frase corta y tiro en la nuca, y en toda Latinoamérica la prosa es más elaborada, y eso tiene que ver con la manera de ver, vivir y sentir”.
En ‘La mala suerte’ aborda el tema de la maternidad y de lo que se está dispuesto a hacer para ser padres. Un tema candente en la actualidad y que Robles ya tocó en esta novela en 2018. “Era un tema que ya estaba sobre la mesa y exigía una enorme reflexión”. “Lo que plantea es qué estamos dispuesto a hacer para ser padres o madres, y si ser padre o madre es un acto de generosidad o egoísmo, y lo hace en una investigación en la que Roures se encuentra con unas cosas tremendas, porque España es muy laxa comparada con otros lugares de Europa”. Ha recordado la Guerra de los Balcanes y la violación como arma de guerra por parte de los serbios con las mujeres bosnias y cómo éstas tuvieron hijos y las consecuencias de ello.
La pasión mueve el mundo
Documentalista minuciosa, con ‘Pasiones carnales’, que también presentó en La Rinconada, realizó un ensayo novelado en el que revisa la historia de España durante doce siglos, en busca de todas esas aventuras amorosas y sexuales que protagonizaron reyes, reinas, mandatarios y otros poderosos: desde Rodrigo, el último rey visigodo, hasta Alfonso XIII. Una obra que surge tras ‘La chica que no supiste amar’ que ahonda en la trata de mujeres, con Blessing, una chica nigeriana, víctima de la trata y con cáncer de mama, a la que le hacen doble mastectomía y como es “material inservible” para la prostitución, le pegan dos tiros. “Así comienza esta novela que me dejó tocado el corazón cuando la terminé. Shakespeare en ‘Ricardo III’ dice que cuando no sentimos el dolor de los otros, acabamos convertidos en monstruos. Cuando terminé esa novela acabé tan tocada que me dije tengo que parar, y decidí recorrer las trastiendas de los poderosos. Cuanto más glamurosos sean más interés tienen. Suetonio, en el siglo I, hizo una indagación en la vida de los césares, porque sabía que las grandes decisiones se tomaban en las distancias cortas y no en los campos de batalla. Decidí hacer un libro del siglo VIII al siglo XX, pasando por reyes, reinas, amantes y concubinas”. Ha contado Marta Robles la historia de Leonor de Guzmán, amante de Alfonso XI con quien tuvo diez hijos, “una mujer que fue reina de facto, ella no solo acompañaba al rey, sino que lo aconsejaba bien”. Sería su hijo, Enrique de Trastamara quien vengase a su madre asesinando a Pedro I El Cruel. Pasando el poder de la Casa de Borgoña a la Casa de Trastamara, de donde descienden los Reyes Católicos. “Eso significa que descienden de una concubina”. También ha recordado a Alfonso XIII que pagó con las arcas del Estado 13 películas pornográficas. “Dijo Valle Inclán que el rey no se iba por ligón, se iba por ladrón”.
El amor y el desamor
Por último, han hablado de su último libro ‘Lo que la primavera hace con los cerezos’, un nuevo ensayo donde explora la relación entre las emociones y la creación artística. El título del libro responde a un verso de ‘Veinte poemas de amor y una canción desesperada’ de Pablo Neruda, porque “además de la belleza indiscutible de este verso, creo que encierra el secreto del mejor amor, que es aquel que saca del otro las mejores cosas, es decir, el que lo hace florecer”. Para la escritora solo hay dos temas en la vida que son el amor y la muerte y “si me apuras solo el amor, porque la muerte nos aterroriza por la incertidumbre, pero mucho más porque nos separa de nuestros seres queridos, con lo cual todo lleva al amor; cuando hablamos de desamor tiene que haber un amor previo. Yo quería hablar del amor, del desamor y la perdida, con la creación, porque desde niña siempre quise saber dónde estaba ese clic, esa chispa que hacía que la creación de un artista pasara, de ser buena o muy buena, a una obra de arte”. Ha mencionado la autora a un personaje de su novela ‘A menos de cinco centímetros’ que dice que escribir una mala novela es difícil, y escribir una buena novela es un milagro, la diferencia está en la emoción, y ni siquiera eso garantiza el éxito, por eso lo importante es tener algo que contar y una manera personal de hacerlo. “Cuando tienes eso ya empiezas el camino de la creación, pero si no le pones emoción y no emocionas, eso no va a ser una obra de arte, los creadores viven en continua zozobra por ello y viven su vida de manera más intensa”.
Todo ello no implica que los artistas sean todos buenas personas, y ha puesto de ejemplo a Neruda, que violó a una mujer en Ceylán, abandonó a su mujer y a su hija que tenía hidrocefalia. Pero ser mala persona no implica que se deba hacer una cultura de la cancelación, según Marta Robles, porque “si mañana descubriéramos que Fleming fue un asesino en serie, no dejaríamos de tomar antibióticos, y si supiéramos que Edison era un violador, no apagaríamos la luz. No debemos dejar de prestar atención a las obras de arte por la maldad de sus creadores. A la sociedad no se le puede arrebatar eso”. También ha resaltado que “no se puede mirar el pasado con los ojos del presente. Oscar Wilde fue condenado y estuvo en la cárcel porque tuvo una relación con un joven poeta. Pasó de ser el hombre más admirado de la sociedad británica, a que retirasen sus obras y le quitasen los derechos”. Ha nombrado a Lewis Carroll que fotografiaba a niñas desnudas o a Picasso que maltrató a sus mujeres. “Si miramos el pasado con los ojos del presente, nos podemos encontrar que, dentro de unos años, nos pase lo mismo”.
Marta Robles ha despedido la tertulia leyendo un fragmento de ‘Lo que la primavera hace con los cerezos’. Tras la misma se ha traslado al Sendero de la Creación, en el parque Dehesa Boyal, donde ha descubierto una placa escultórica con su nombre y que forma parte de ya del patrimonio cultural del municipio.