El autor ha presentado en Estación de las Letras su primera novela ‘La niña del castillo de los almendros en flor’, que fue finalista del Premio Planeta 2022, pero quedó descalificado por estar publicada previamente en una plataforma digital
Última semana de Estación de las Letras, la Feria del Libro, tras tres meses dedicados a las letras y a la creación. Y en esta recta final, el escritor local Fernando Preto ha presentado su primera novela ‘La niña del castillo de los almendros en flor’, en el Centro Cultural de La Villa, arropado por la I Teniente de Alcalde y delegada de Cultura, Raquel Vega, así como por lectores y lectoras impacientes por conocer más sobre su obra.
Preto ha explicado que desde pequeño fue muy lector, “siempre he tenido inquietud por la literatura y sobre todo por la escritura”. En su instituto, donde se celebraban certámenes literarios, se presentó tres años seguidos con obras de teatro y los ganó todos. “Cuando empecé la universidad y luego en el mundo laboral el tiempo se reduce muchísimo y para poder dedicarme a escribir encontré más dificultades”. Es graduado en Turismo y desde hace 14 años trabaja en una cadena hotelera con la que ha estado en destinos como París, Roma, Cuba o diferentes puntos de España. “El estar en contacto con otras culturas y las aventuras que ocurren en los hoteles donde trabajo, conocer a tantas personas, ver el comportamiento humano, todo esto enriquece a la hora de contar una historia, la mente de un escritor nunca descansa y siempre está recogiendo nuevas ideas. El periplo de destinos en los que he estado presente me ha servido a la hora de formar esta historia, este entramado de la novela”, ha referido.
La pandemia hizo el resto, encerrado en casa aprovechó para hacer lo que llevaba mucho tiempo cocinándose en su cabeza. “Vi la oportunidad perfecta de escribir y en un proyecto ambicioso como una novela de 700 páginas, que es el libro que estamos presentando”.
Fernando ha explicado que la obra está “estricta y exclusivamente diseñada para enganchar al lector. Cuando me siento y me propongo escribirla me pongo en su lugar y pienso qué me gustaría encontrar”.
‘La niña del castillo de los almendros en flor’ transcurre en un famoso hotel de Sevilla donde ocurre un misterioso asesinato que genera una repercusión mediática en el momento menos oportuno para la ciudad, que pondrán a la policía y a algunos altos cargos del Gobierno en una comprometida situación a medida que avanzan en la investigación. Valeria López, una joven periodista frustrada, se verá casualmente involucrada en la trama de lo que parece ser un crimen organizado, lo cual le supondrá una oportunidad para adentrarse en las profundidades del peligro y el suspense.
De esta obra destacan, además de la trama, la cuidada documentación, las descripciones de lugares de Sevilla en los que se desarrolla y las cuestiones policiales. Los personajes se inspiran en personas reales, como Valeria López que es el nombre de su sobrina, en compañeros y jefes y en “muchos demonios profesionales con los que he ido lidiando”.
“Quería que la protagonista, ya que irremediablemente se iba a tener que meter en el entramado de ese asesinato organizado, tuviese esa personalidad de querer saber más, contar más, incluso poniendo en peligro esa integridad física”, ha contado Preto.
El autor también ha explicado que la novela fue finalista del Premio Planeta en 2022. “Me presenté con la intención de hacer una gamberrada absoluta, pero sin intenciones de llamar la atención de nadie. Sentía curiosidad por cómo era el proceso a la hora de presentarte, qué te pedían, me parecía interesante”.
Lo último que se esperaba es que le llamasen para decirle que de 900 obras estaba entre los 10 finalistas, pero que había sido descalificado porque esta novela la había auto publicado en una plataforma y eso iba contra las reglas del certamen. “Fue una noticia agridulce, por un lado, la decepción, pero por otro, un subidón por haber estado entre los 10 primeros”.
Asimismo, Fernando Preto ha afirmado que “para escribir, como dicen muchos autores, hay que hacer tres cosas: leer, leer y leer; esto se complementa con imaginación y las vivencias que pueda tener. Un escritor que vive, siente y experimenta es parte fundamental de la gasolina”.