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Los de José Antonio Lara dan la cara, pero caen por la mínima ante el Utrera B, que aprovechó una de las pocas concesiones locales para llevarse los tres puntos
El Utrera B es el líder más laureado de la historia de la Primera Andaluza por algo. El filial es un plantel rocoso, sólido, que no da concesiones y que no se complica la vida; que sabe tocar el balón y al que no le duele en prendas pegar un pelotazo arriba con la uña del dedo gordo.
En su visita al Nuevo Ramos Yerga no varió un ápice su forma de jugar, llevando la iniciativa cuando los de José Antonio Lara los dejaban, y haciendo acopio defensivo cuando los rinconeros daban un paso al frente.
El partido comenzó con alternancia, sin dominador claro. El técnico rinconero apostó por Juanma como titular, al no poder contar con Marrufo, que veía el partido en las gradas. Felipe también partía como titular, al igual que Antoñito. Todo ellos hicieron un buen partido, fajándose en defensa. El trivote formado por el onubense, Charro, que ejerció de capitán y David López, mantenía a raya a los Moi, Giráldez y Curro, así como A Jorge Ceballos y Félix, que bajaban a recibir. El problema es que Charro fue amonestado en el 18 y Antoñito en el 24, lo que les hizo tener que jugar con el freno de mano.
No obstante, los minutos iban pasando y no se movía el marcador. La pelota rondaba los dominios de Álex Hormigo, con balones que se paseaban sin encontrar rematador, pero no había peligro claro, como tampoco lo había en la meta de Rafa, hacia donde el Rinconada intentaba llegar con balones largos a Cuevas, que se peleaba -y casi siempre perdía- con Sebas, al que apoyaban Chema y Carreño.
En el epílogo de la primera parte, el Utrera pareció dar un paso adelante y el Rinconada empezó a sufrir. Corriente no se fue de su par ni una sola vez y cada vez que recibía, perdía la pelota y el cuadro visitante salía con mucha velocidad a la contra. En el 46, cuando pasaba un minuto del tiempo reglamentario, un balón colgado por Ito desde la derecha lo remató Chema al poste iz2quierdo de la meta de Álex Hormigo. El rechace le cayó a Giráldez quien, a puerta vacía, encontró a Mario Cuder en su camino y la pelota acabó fuera de los tres palos, antes de que Muñoz Victorio indicara el final del encuentro.
En la segunda mitad, Estévez entró por Corriente y el Rinconada mejoró mucho. Si bien es cierto que, en los primeros minutos siguió siendo el Utrera el que llevó la voz cantante, con centros al área o tratando de provocar las desaplicaciones defensivas rinconeras, pero sin crear excesivo peligro. En el 60, Juanma tuvo que hacer una falta porque Manu se marchaba con mucho peligro, y el central también vio la amarilla.
El cuadro utrerano empezó a mover el banquillo, refrescando a la gente de arriba, y dando entrada a Diego, a Rafa y a Álex. Sin embargo, el carrusel de cambios al que enchufó fue al Rinconada, que encontró espacios en las combinaciones de Estévez, que se apoyaba en Cuevas y David López. El hombre gol rinconero remató al lateral de la red y, poco después, fue el canterano el que no pudo encontrar portería. Otra buena combinación de los hombres de José Antonio Lara, acabó con la pelota en Estévez en posición clara de disparo, pero Moi se arrojó al suelo haciendo de pantalla antes de que la pelota pudiera encontrar portería.
En el 77 iba a llegar el único gol del partido. Diego combinó con Rafa, quien aprovechó la desaplicación defensiva del Rinconada para cazar el balón libre de marca, enfrentar a Álex Hormigo y batirle de tiro raso cruzado. El mazazo llegaba en el mejor momento del Rinconada, y cuando jugadores que habían tenido una importancia capital en la primera parte, como Charro y Antoñito, daban ya síntomas de agotamiento. Lara trató de refrescar el equipo, pero Benavides no aportó nada, más que algún encontronazo con jugadores rivales, y Ávalos, que trató de asociarse con Estévez y Mario Cuder, que se descolgó arriba en los últimos minutos en busca de alguna ocasión que pudiera provocar el empate.
El Utrera se dedicó a achicar balones, a no asumir el más mínimo riesgo y a tratar que el balón se moviera, cuanto más lejos mejor, del área de Rafa. El Rinconada se fue arriba con todo, en los trece minutos que restaba, más los seis de alargue que dio Muñoz Victorio, pero no tuvo tiempo de empatar. Sí cozó de alguna ocasión, como un remate de Ávalos que se marchó fuera o un centro al área muy cerrado que trato de cazar Juanma, pero que despejó de puños Rafa. En otro córner, hubo un remate acrobático que se paseó por delante de la línea de gol sin encontrar rematador. Todos los intentos fueron estériles y cuando el colegiado indicó el final, los utreranos celebraron la victoria con rabia, sabedores de la dificultad del partido y del premio que casi asegura matemáticamente el Play Offs de ascenso, salvo hecatombe.
El Rinconada, a tenor de las derrota del Montequinto en Mairena (1-0), mantiene su renta sobre la zona de descenso, antes de visitar al Ventippo en Casariche, en otro partido tremendamente complicado para los de José Antonio Lara.