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Las Zebras disputan un partido de cantera frente al Ciencias con veinte chicas de un total de veinticinco fichas, algo inédito en el panorama nacional, ante un rival netamente masculino
La Federación Española de Rugby
y, por ende, la Andaluza, establecen que las categorías inferiores del rugby
son mixtas, esto es, que conviven chicos y chicas en la competición sin
distinción de sexo, que sólo se establece en Senior.
Esta medida se puso en marcha
para abrir las puertas de este deporte a las féminas, que no suman un número
suficiente para tener una competición propia. Pero a pesar de esta posibilidad,
la mujer sigue estando muy subrepresentada en el rugby, cuya estampa sigue
siendo la de un deporte masculino, a pesar de los éxitos con relativa
relevancia mediática conseguidos por las ‘Cocodrilas’, empeñadas en no hacer
distinción de sexo en el deporte del balón oval.
Sin embargo, cual de si la aldea
gala de Astérix se tratase, existe un reducto en la geografía nacional, en el
que las tornas se han invertido, y son las chicas quienes practican rugby con
un número porcentual muy superior a los chicos. Este enclave se sitúa en La Rinconada, que, como en tantas otras cosas, se abre un hueco en el ámbito
nacional para reivindicar la igualdad en el deporte predicando con el ejemplo y
demostrando que su equipo, La Estación, las ‘Zebras’, como se les conoce, puede
competir con cualquiera. En la entidad, que dirige José Antonio Martínez Bueno,
hay federadas veinte chicas y sólo cinco chicos. Y no se trata de un equipo de
laboratorio creado para hacer márketing con la igualdad, sino que surgió así al
haber varias chicas que querían competir y, para poder hacerlo, tuvieron que
completar un equipo, y lo hicieron convenciendo a sus amigas de las bondades
del deporte de villanos practicado por caballeros… que en La Rinconada cambió
su denominación por ‘damas’.
El pasado fin de semana, La
Estación se enfrentó al Ciencias, uno de los clubes con mayor tradición de la
provincia, y uno de los más laureados de España, en el Anexo al Felipe del
Valle. En los capitalinos, la predominancia de jugadores era evidente, pero eso
no amilanó a las zebras rinconeras que les plantaron cara, demostrando que
pueden competir en igualdad de condiciones. Y aunque al final fueron derrotadas
en el verde, consiguieron una victoria que sobrepasa el ámbito deportivo y que
supone un espaldarazo anímico tremendo para muchas chicas que dudan en dar el
paso y federarse en el rugby.
Esta redacción ha contactado con
la Federación Española para comprobar si existe algún otro caso en el
territorio nacional en el que haya tantas jugadoras en un mismo equipo y,
aunque desde la institución afirman no tener constancia fehaciente del dato, sí
dicen que no les suena ningún caso en el panorama nacional. Se trata, por
tanto, de un caso único en Andalucía y, muy posiblemente, en el conjunto de
España.
Su avance es tan importante que
hizo que la Federación Andaluza se decidiera
a organizar una concentración con 35 jugadoras de toda la Comunidad Autónoma en
categoría Sub 16 y, entre ellas, hubo nada menos que ocho jugadoras
ferroviarias que participaron, durante dos fines de semana, en un
stage en
La Cartuja, con la idea de mejorar sus destrezas en vista de un futuro torneo
de selecciones autonómicas.
Las jugadoras seleccionadas fueron Cristina Lorca, Carolina Hinojosa, María
Estepa, Irene Ramos, Lucía Viera, Lorena Velázquez, María Alaya y Sabina
Cuesta. Además, Cristina Lorca y María Estepa fueron convocadas por la escuela
de la selección nacional, en un municipio de 40.000 habitantes.
Ahora, tras el duelo con el Ciencias, vendrán más partidos, más convocatorias autonómicas y nacionales. Unos los ganarán y otros los perderán, como dicta la ley del deporte, pero la victoria más importante, el ‘yo puedo’, ha quedado demostrado. Porque para jugar al rugby hace falta disciplina, trabajo, dedicación y esfuerzo, pero no es cuestión de sexo. Ese mensaje es la gran victoria de La Estación, que hace historia en el rugby nacional y que todavía espera escribir sus páginas más brillantes. Suerte chicas, y a por todas.