Llega el gran día. El sábado, a las 20:30 horas en el Felipe del Valle, con el arbitraje de Gálvez Agüera, el Rinconada se juega sus opciones de subir de categoría. Un logro en el que nadie pensaba cuando comenzaba la temporada, pero que se ha ido amasando poco a poco, gracias a un trabajo callado, desde la humildad, sin levantar la voz, creando unos pilares sólidos estructurados en un grupo coral, en el que cada uno muere por el que está al lado.

Los de Nando de la Rosa llegan lanzados al partido tras su victoria ante el Ventippo, conscientes de sus opciones y sabedores de que están ante la oportunidad de escribir la página más brillante de la historia del club. Es cierto que al Villafranco le vale el empate por su mejor clasificación en la Liga Regular, pero en el cuadro blanquiazul creen que eso puede jugar a su favor, porque los de Diego Román duden a la hora de ir a buscar el partido o conservar la renta inicial, que les favorece. Además, el buen juego desplegado ante el equipo de Casariche, la superioridad manifiesta en la inmensa mayoría del encuentro, el calor del Felipe del Valle y el hecho de que la presión y la obligación las tiene el rival, hace que jugadores, técnicos, directivos y aficionados sean optimistas. Eso sí, sin perder la humildad y el respeto a un gran rival, la fórmula que tan buen resultado le ha dado al Rinconada. Todo el mundo sabe que no será fácil, pero sí algo demostró la entidad es que, a mayores de sus argumentos futbolísticos, tiene una enorme capacidad de sufrimiento, lo que le permitió amarrar el empate con el Mairena o mantener la mínima ventaja ante el Ventippo.

El entrenador sabe que no podrá contar con Jairo, que sigue recuperándose de su fractura de peroné. Esa camiseta para darle ánimo que lució la plantilla quiere extrapolarse a este partido como una motivación añadida, la de dedicar el triunfo y el ascenso a su compañero lesionado. Salvo el arquero, el resto de la plantilla está disponible. Charro y Parque vuelven tras saldar sus cuentas con Federación, Sabo podría tener minutos -ya estuvo en la convocatoria ante el Ventippo- y Sofian también podría volver a la citación. Eso significa que, como sólo pueden ir 18, Nando tendrá que hacer algún descarte. Bendito problema para el técnico y para el club.

Hay puestos que parecen claros en el once. Iván Gaviño, que salvó la final con una mano milagrosa en el epílogo, será titular, como lo serán Juanma y Gata en el eje de la zaga. En la derecha, Juan parte con ventaja respecto a Ávalos, y en la izquierda, Marrufo respecto a Edu de las Heras, aunque tampoco sería de extrañar algún cambio, sobre todo en la diestra, donde la experiencia y el juego a balón parado de Ávalos puede ser determinante.

En principio, David López tiene su hueco asegurado en el once, posiblemente acompañado de Adri, dejando a Charro en el banquillo. La línea de tres no debe diferir de la que jugó con el Ventippo. Rupe y Mimi, el hombre de los goles decisivos, parecen fijos, aunque Sofian o Kisko también podrían ser de la partida, jugando Nando con la posibilidad de los cambios volantes. Abel Pando, por su capacidad de bajar la pelota, habilitar espacios o incorporarse desde atrás, también parece tener un hueco en el once, y Joni, el Pichichi rinconero, también es fijo.

El colegiado será Gálvez Agüera, un árbitro de solvencia, que ha dirigido tres veces al Rinconada esta campaña, con una victoria, un empate y una derrota para los de Nando de la Rosa. La victoria frente al Cerro en el Nuevo Ramos Yerga (2-1), el empate, precisamente, en el Felipe del Valle, en el derbi ante el San José (0-0) y la derrota en el Nuevo San Bartolomé de Mairena (1-0).

La suerte está echada. Qué gane el mejor… y que el mejor sea el Rinconada.