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Héctor Abad: “La lectura y la cultura son una riqueza que los va a salvar de la tristeza y de la desolación en cualquier momento de la vida”

Cultura y ocio |

El escritor colombiano, autor del éxito editorial ‘El olvido que seremos’, ha recibido el Premio Factoría Creativa de las Letras Iberoamericanas 2022 en Estación de las Letras de La Rinconada. “He tomado la escritura y la lectura como un juguete, el arte es un juguete serio, los escritores podemos seguir jugando con las palabras hasta la vejez”

Una lección de humildad, serenidad y del arte de escribir es lo que Héctor Abad Faciolince ha dado en Estación de las Letras, la Feria del Libro de La Rinconada, que inauguraba con este escritor colombiano un nuevo galardón, el Premio Factoría Creativa de las Letras Iberoamericanas. El también escritor Fernando Iwasaki, que ha sido el encargado de conducir este encuentro literario, ha explicado al público que ha acudido al Centro Cultural Antonio Gala, escenario elegido para esta insigne ocasión, y a los espectadores que han podido seguir a través de streaming el acto, que “iniciamos una nueva etapa, después de nueve entregas del Premio Factoría Creativa de las Letras, con este reconocimiento a las Letras Iberoamericanas. Desde este año en adelante van a ser dos premios los que Estación de las Letras va a conceder: a un autor de España y a otro de Hispanoamérica. Carlos Fuentes, el gran escritor mexicano, definió el ‘Territorio de la Mancha’ como la patria de la lengua española y es el territorio donde está España y donde están los países hispanoamericanos, pero también todos los autores, todas las escritoras, que nos han permitido hacer la cartografía de la literatura de este territorio. Con este premio, La Rinconada inscribe su nombre en ese atlas del Territorio de la Mancha”.

La delegada de Cultura y Primera Teniente Alcalde del Ayuntamiento de La Rinconada, Raquel Vega, ha sido la encargada de entregar el reconocimiento a Héctor Abad. Vega ha señalado que “nuestra Estación de las Letras se hace mayor y ha querido tender un puente entre culturas, donde honramos a este municipio a través de la figura de Héctor Abad y reconocemos el trabajo que se hace en las letras iberoamericanas. Este es un proyecto semilla que nació para no ser un mero escaparate de la feria del libro, trabajando con centros educativos para “cazar” a ese lector pronto y no dejarlo escapar. En estos tres meses de letras y libros, 13 semanas de un viaje apasionante por la vida, hemos aprendido, sentido y reivindicado la Cultura. Libros que no sólo cuentan historias, sino que también sacuden la percepción que tenemos del mundo”. Sobre Abad Faciolince ha destacado que es un autor para el que “escribir es una manera honesta de ganarse la vida” y para el que leer es “como conversar en silencio”.Cinco décadas dedicadas a los libros y la literatura. Su pasión y dedicación se remonta a su entorno familiar, a las bibliotecas privadas y públicas y afirma que a pesar del fracaso continua con ganas porque quiere esta profesión”.

Al recoger el premio, un emocionado Héctor Abad ha señaldo que se siente muy honrado y feliz y, ante el fracaso, que sí ha conocido, “siempre hay un poeta de Sevilla, Antonio Machado, que me acompaña y que cuando mis hijos fracasan o cuando alguien que quiero mucho tiene dificultades, le recito su poema ‘Saber esperar’. Así uno de los versos dice: “la vida es larga y el arte es un juguete”.He tomado la escritura, la lectura, como un juguete, el arte es un juguete serio, los escritores podemos seguir jugando con las palabras hasta la vejez y, ahora, en estos años de pandemia, quienes hemos resistido más al aislamiento, al encierro, a la soledad, somos las personas que, por motivos de educación, de familia, de curiosidad, tenemos recursos culturales”. Para Abad fue traducir ‘Los cuentos como son’ de Kipling.  “Montesquieu siempre decía que nunca había un pesar tan difícil que no se pudiera mitigar con la lectura. Los que leemos tenemos esa grandísima ventaja”.

Con respecto al premio ha subrayado: “Vengo feliz de recibir de este premio, los admiro por estimular la cultura, por creer en la lectura, en la literatura, qué felicidad estar aquí, que me hagan este inmenso favor, simplemente por creer en el juguete de Machado, el arte es un juguete aunque uno fracase o triunfe,  dejémosle a los jóvenes la herencia y la convicción de que la lectura y la cultura en general son una riqueza que los van a salvar en cualquier momento de la vida de la tristeza y de la desolación”.

“Me siento muy honrado de ser mestizo”

El autor de ‘Angosta’ ha hablado también sobre las relaciones y la historia común de España con América y ha señalado que “ha habido una especie de péndulo histórico en las relaciones con América latina, pero en particular de Colombia con España. Hubo un periodo muy largo en el que todo era exaltación, españolismo, bendiciones hacia la península, y ninguna crítica. De eso se ha pasado a decir que España es simplemente la conquista, el genocidio de los indígenas, el horror… No pertenezco ni a la exaltación de lo hispano, ni a la diatriba contra todo lo español. Soy un mestizo que no puede renegar de sus tatarabuelos, trato de tomar lo mejor de la herencia española, trato de tomar esta lengua que es mi única lengua materna, la que mejor conozco, en la que pienso, en la que sueño, la que más quiero, en la que he escrito, a la que he traducido y trato también de ser crítico con el pasado, sin tratar de ocultarlo o destrozarlo. No creo en una culpa ancestral, ni en una traición antigua, me siento muy honrado de ser un mestizo, como dijo en muchos de sus escritos el Inca Garcilaso. Serenamente estoy aquí sin tener que hacer la exaltación de España y sin tener que denigrarla”.

‘Tratado de culinaria para mujeres tristes’, cómo superar la tristeza

En 1996, Héctor Abad publicaba ‘Tratado de culinaria para mujeres tristes’, un libro que inició hacia el año 93, cuando estuvo enfermo y que escribió en versos tras leer ‘El arte de amar’ de Ovidio, pensando en la tristeza que tenían sus hermanas y su madre tras el asesinato de su padre Héctor Abad Gómez, un destacado sanitario, profesor universitario y defensor de los Derechos Humanos. “Era digamos esa tristeza a la que aludía el título, pero al mismo tiempo, nosotros habíamos recuperado la alegría, la fe, la confianza en la vida gracias a que mi mamá nos juntaba y nos cocinaba, ella ya publicó un libro de cocina que se titulaba ‘Recetas de mis amigas’. Me di cuenta en mi casa, gracias a mi madre y también a mis hermanas, que cocinar es un acto de amor profundo. En la cocina era donde mi mamá, que tenía una gran capacidad de volver a ser feliz, combatió la tristeza, cocinándonos cosas ricas”.

Mestizaje de géneros a la hora de escribir

Héctor Abad ha trabajado géneros como novela, ensayo, poesía, artículos… un mestizaje de géneros que inició con la poesía con 13 años, junto con su amigo, Daniel Echeverría. “Me acuerdo que escribí un poema que terminaba ‘…y mi aparente paz estalla en guerra’, como si el comienzo de la escritura fuera una pérdida de la paz”. El suicidio de su amigo, hizo que dejase de escribir poesía “porque dije, yo sigo escribiendo poesía y termino matándome, entonces empecé a escribir prosa, pero siempre con el deseo de que en mi prosa hubiera algo poético”. Iniciar la carrera de Filosofía, que no terminó, lo hizo introducir en sus obras “algo de reflexión, de las cosas misteriosas y entonces hay algo de ensayo”. Pero por encima de todo es “alguien curioso y con unas orejas muy grandes”. Y es que para este escritor de Medellín “cuando una historia me parece rara, bonita, curiosa, pienso que en esa historia hay algo que habla de la naturaleza humana, de nuestro deseo de belleza y de nuestra dificultad para extraer la belleza. Tengo cierta capacidad para reconocer, en el ruido de la realidad, algunas historias que pueden ser bonitas”.

El Abad más íntimo en ‘Lo que fue presente’

En 2019, el escritor publicaba ‘Lo que fue presente’, título tomado de un verso de Quevedo, un libro que recoge sus diarios más íntimos hasta el año en el que publica su obra más reconocida ‘El olvido que seremos’ en donde revive la historia de su padre y las circunstancias de su asesinato y que refleja el infierno de la violencia que ha golpeado Colombia en los últimos 50 años. Un libro que “nace de una tragedia y de unas ganas de no olvidar a una persona”.

Publicar sus diarios, ha afirmado, no fue una decisión fácil: “Los diarios generalmente se publican póstumos porque son complicados. De hecho, para mí, el mayor problema era que mis hijos los leyeran, los decidí publicar cuando hablé con ellos que, muy generosamente, me dijeron que no los leerían”. Pero, el motivo más importante para publicarlos fue “que la gente me quería porque me confundía con mi papá a partir de ‘El olvido que seremos’, creían que yo era una persona tan buena, tan digna, tan heroica, tan comprometida, como el médico ejemplar que fue mi padre, de algún modo me sentía muy deshonesto ganándome ese cariño. Yo soy otra persona muy distinta y no soy como él, desafortunadamente, pero también soy así porque él nos educó en la libertad, en que cada uno debe ser como quiera, como pueda y yo he sido lo que podido ser y no más”.

Hace un tiempo dejó de escribir diarios. “No los escribo por algo que está muy claro en el último libro de Rosa Montero, ‘El peligro de ser cuerda’, donde ella analiza muy bien de qué modo la escritura nos salva de la locura.  El hecho de escribir es una especie de vía de escape de la angustia, de la insatisfacción, de la locura en general. Yo escribía diarios, sobre todo al principio, porque no era capaz de escribir algo que me gustara y escribía para contar mis fracasos, lo mal que yo estaba. Al escribir todas las sensaciones difíciles de mi vida de algún modo eso me daba fuerzas para seguir viviendo”.

‘Las formas de la pereza’

Otro de los libros tratados ha sido el ensayo ‘Las formas de la pereza’ (2011), que Abad Faciolince ha explicado que tiene unos precursores muy importantes en los ensayos, de Stevenson y Bertrand Russell, ‘El elogio de la ociosidad’ y ‘El conocimiento inútil’. “La palabra ocio tiene en latín el antónimo la negación del ocio ‘nec otium’ y de ahí viene la palabra negocio. Vengo de una cultura muy trabajadora, pero lo mejor que he aprendido en la vida son los ratos en los que puedo estar tranquilo, sentado en una silla, recostado bajo un árbol o en una playa. En ese sentido España nos ha enseñado mucho, tiene una manera de vivir donde le dedica tiempo al negocio, pero también al ocio”.

Arte o artesanía

El autor colombiano también ha querido explicar la diferencia entre el arte y la artesanía en el oficio de escribir. Así ha dicho que hay arte cuando cree ver “en el ruido del mundo una historia que tiene sentido contar, porque tiene alguna belleza, una especia de semilla. Hay que tener ciertos oídos y ojos para reconocer en el ruido de la realidad algo que puede tener un valor artístico como historia”. La artesanía engloba todo lo que hay alrededor de la escritura como correcciones, investigación, estilo, lectura.

Para finalizar, Héctor Abad ha sentenciado que a lo que se quiere dedicar el resto de su vida, lo que hace desde los 13 años, es a escribir. “No pienso jubilarme como escritor a no ser que se me desconecten del todo las neuronas, si ya dejan de publicarme o me siento muy frustrado o todo lo que escribo me parece horrible, entonces volveré a los diarios”.

Tras el encuentro, el escritor se trasladó al parque Dehesa Boyal, al Sendero de la Creación donde descubrió una escultura con su nombre y que forma parte de otras ubicadas en el parque con el nombre de otros galardonados en anteriores ediciones como Irene Vallejo, Rosa Montero, Javier Cercas, Antonio Muñoz Molina, entre otros.

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