No vino la lluvia, sí una tarde soleada y una noche fresca, para recibir, en las calles de la que es su casa, a Nuestra Señora de los Dolores, Patrona y Alcaldesa Perpetua de La Rinconada, que volvió a reunirse con sus fieles en un nuevo 15 de septiembre Glorioso.

Salió el año pasado, después de un año de ausencia por la pandemia, la primera de la provincia de Sevilla, pero lo hizo en andas y para ser trasladada a su capilla, así que este año, tan esperado por la ciudadanía, la Virgen de los Dolores retomó su procesión plena y con total normalidad.

A las ocho de la tarde, las puertas de la iglesia Nuestra Señora de las Nieves se abrían para dar la bienvenida a la Reina, Madre y Patrona del municipio, acompañada por la Banda Municipal Cristo del Perdón de La Rinconada y por el cortejo procesional que la antecedía formado por una representación de todas las hermandades y agrupaciones locales, monaguillos y monaguillas y, presidiendo el paso, representaciones municipales, judiciales y eclesiásticas junto al Hermano Mayor. A escasos metros de la salida, el paso de Nuestra Señora de los Dolores era recibido por la Coral de Nuestra Señora de las Nieves que cantó el himno ‘Rinconada flor de lis y ‘Encarnación coronada’.

En su paso de gloria, ornamentado por ramos de nardos y flores blancas, la Virgen de Los Dolores, que estrenaba la hojilla del manto, fue realizando su recorrido por las calles del municipio. Como es costumbre, una vez en la Plaza de España, a su llegada frente a la puerta del Consistorio, la virgen recibía la ofrenda floral de manos del alcalde, Javier Fernández en presencia de la corporación municipal.

Destacar su paso por la plaza Rodríguez Montes bajo los arcos luminosos que el Ayuntamiento de La Rinconada había colocado para tan magna ocasión y la tradicional ‘petalá’, previa a su paso por la Plaza de España, en la calle Laguna, durante el camino de vuelta a su templo. Sobre las once y media, Nuestra Señora de los Dolores llegaba a su capilla, para poner fin a un 15 de septiembre para recordar.