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2-2: Despedida y cierre

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El Rinconada cierra la temporada con tablas ante el Morón en un duelo con claro protagonismo del juvenil Jesús Lluelma, que se estrenaba y fue el mejor del partido, aunque se comió el empate final; y el capitán Charro, que jugó su último partido con el conjunto blanquiazul

El Rinconada cerró la temporada con reparto de puntos ante un Morón que falló ocasiones claras, pero que se encontró con un regalo al final para rescatar un punto en el epílogo del partido. Los pupilos de José Antonio Lara acaban la Liga en decimotercera posición, por delante del Mosqueo y por detrás del Montequinto, que ha protagonizado un auténtico milagro en el tramo final de la competición.

De inicio, era un duelo especial, por el estreno del juvenil, Jesús Lluelma, que había engrosado incontables convocatorias, pero que, hasta el partido ante los aruncitanos, no había tenido la oportunidad de estrenarse con los mayores. También debutaba Javi Cuadra, incisivo durante los minutos que estuvo en el campo, aunque sin demasiada fortuna. Sí estuvo mucho más participativo el arquero, sobre todo ante las acometidas de Jony, que hizo un roto a Mario Castillo desde la izquierda y que lanzó hasta en tres ocasiones con peligro, que encontraron la respuesta del joven guardameta. Los rinconeros también tuvieron las suya, pero, primero Buzón y después Mario Barrios, no acertaron a definir delante de Juan.

Pasaban los minutos y se equilibraban las fuerzas, con mucha seguridad del juvenil, que mantenía a raya a los locales que, ni por el mencionado Joni, ni por medio de Javi, que también dispuso de dos ocasiones claras, encontró el gol.

Gómez Beltrán indicó el descanso y, de vuelta a la hierba artificial del Municipal Alameda, el Rinconada dio un paso al frente, con la entrada de Estévez por Mario Castillo, que retrasó la posición de Segura, que fue un puñal entrando desde el lateral. No obstante, el primer tanto sería del Morón, obra de Chata, que aprovechó un balón al área en la que la defensa del Rinconada, por enésima vez, anduvo falta de contundencia.

Sin embargo, el cuadro del Nuevo Ramos Yerga nunca bajó los brazos y, en un córner botado por Felipe Aragón desde la izquierda, Edu de la Hera metió la testa para mandar el balón al fondo de la meta de Nacho, que había relevado a Juan. Era el empate, que hacía justicia a los visto en el partido.

El Rinconada siguió buscando el tanto de la victoria y vivió buenos momentos durante el partido, pero la ocasión clara que pudiera desnivelar el marcador no se apareció a los visitantes, mientras que el Morón volvió a asustar y obligó, de nuevo a lucirse a Lluelma, que se consagraba a pasos agigantados.

En el minuto 88, una jugada de Segura por la derecha acabó en un pase filtrado a la espalda del central para Jesús Jones, que fusilaba a Nacho y ponía el 1-2 en el marcador, que permitía acabar con buen sabor de boca al rinconada la temporada. Sin embargo, cuando se cumplía el 90, un centro de Cale desde la derecha, a priori fácil para el portero, se la acabó tragando Lluelma para dar el empate a su rival y dejar al Rinconada con esa sensación agridulce que les ha acompañado durante toda la temporada y que, a pesar de haber cerrado la permanencia que, visto lo visto, fue el objetivo que se marcó el equipo, no deja de mantener en el aire la sensación de que el equipo podía, si no pelear con los mejores, sí al menos vivir mucho más tranquilo.

Gómez Beltrán vio el empate como vía de escape, no se lo pensó y pitó el final en el minuto 90 y cuatro segundos. Cuando finalizaba el partido, el entrenador daba la cara por su portero, ensalzando el partido de Lluelma y anunciando que “el Rinconada tiene portero para diez años”, al tiempo que hacía referencia a la falta de luz y a lo que deslumbraba un foco, como razón del error del arquero.

A mayores del cancerbero, fue un partido especial para el capitán, Adrián Muñoz, ‘Charro’, que jugó su último partido con la camiseta rinconera y que se retira como uno de los grandes mitos actuales del equipo rinconero; como un futbolista respetado por compañeros y rivales y un jugador que, pudiendo estar más o menos acertado según qué partido, nunca se guardó nada y siempre lo dio todo en el campo.

Ahora comienza el trabajo de planificación de la próxima temporada, con ganas de lograr volver a repartir alegrías, como hiciera el equipo el año pasado, donde estuvo a un paso de conseguir el ascenso.

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