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Susana Martín Gijón y Antonio Fuentes en el Ciclo de Novela Histórica ‘Radiografía del tiempo’

Cultura y ocio |

Ambos escritores han mantenido un encuentro con alumnado del IES San José donde han hablado sobre sus últimos trabajos, ‘La Babilonia 1580’ y ‘La huella borrada’ en Estación de las Letras de La Rinconada

Nuevo encuentro del Ciclo de Novela Histórica ‘Radiografía del tiempo’ que dirige el escritor Salvador Gutiérrez Solís (Córdoba, 1968) —ganador del Premio Andalucía de la Crítica en 2013 por ‘El escalador congelado’—, que en esta ocasión se ha celebrado en el IES San José y que ha contado con los escritores Susana Martín Gijón y Antonio Fuentes. También ha estado presente el delegado de Educación, Antonio Marín, que ha animado al alumnado a profundizar en la obra de los creadores y a que lean.

El acto ha dado inicio con dos estudiantes de primero de Bachillerato, David y Paola, que han presentado a los autores. Así de Susana Martín Gijón han mencionado que es escritora y guionista de novela negra, es la creadora del personaje Annika Kaunda, la agente de policía que protagoniza la saga ‘Más que cuerpos’, ‘Desde la eternidad’ y ‘Vino y pólvora’, así como de Camino Vargas, la famosa inspectora de homicidios sevillana protagonista de la serie ‘Progenie’, ‘Especie’ y ‘Planeta’. En su última novela ‘La Babilonia 1580’ ofrece un thriller histórico en la Sevilla de La Casa de Indias.

Sobre Antonio Fuentes han señalado que es periodista con experiencia en radio y prensa escrita, cuya carrera profesional ha estado enfocada en la investigación y las preocupaciones sociales. De hecho, actualmente trabaja en el Defensor del Pueblo Andaluz. En su primera novela, ‘La huella borrada’, recupera del olvido la figura de Horacio Hermoso, el último alcalde republicano de Sevilla, a partir de los recuerdos y testimonios de familiares y conocidos.

Salvador Gutiérrez ha comenzado la tertulia literaria explicando al público joven que “la novela histórica nos ayuda a entender el presente, porque nos habla cómo fuimos en el pasado, nos facilita el conocernos, nos abre una perspectiva nueva del pasado que tuvimos y es uno de los géneros que más ha conectado con el público lector en la última década”. Sobre Susana Martín Gijón ha referido que con su última novela ‘La Babilonia 1580’ ha dado el salto a la novela histórica, pero manteniendo el thriller en la Sevilla del siglo XVI. Sobre Fuentes, en su novela ‘La huella borrada’ “nos habla de un hecho que, para muchos, paso desapercibido, el último alcalde republicano de Sevilla, que fue fusilado al estallar la Guerra Civil”.

Acto seguido ambos escritores han contado a los jóvenes su último trabajo. Así Susana Martín Gijón ha explicado que ‘La Babilonia 1580’ es su undécima novela y la primera de género histórico que hace, aunque incorpora el thriller. “Siempre he sido lectora de novela histórica y no me había atrevido porque exige un gran trabajo de documentación. Aquí me meto en la Sevilla del XVI, tras dos años de documentación, en sus calles, su ropa, su forma de hablar… al final he conseguido trasladar con mi voz, mi ritmo de thriller, finales en alto, capítulos cortos… esa Sevilla del siglo XVI, donde vemos el puerto, Triana, que era un arrabal pobre desconectado de la ciudad, un puente de barcas, el castillo de la inquisición…”.

Las protagonistas de la novela son Damiana que trabaja en un prostíbulo de la Mancebía y Catalina, monja de clausura. La autora ha señalado que tenía claro que no quería contar la historia desde la perspectiva de los poderosos y de los hombres, “yo quería darle otro punto de vista, de gente que cada día luchaba para alimentarse. También es un ejercicio de restitución, para ver qué pasaba de verdad en el siglo XVI, desde diferentes capas y, sobre todo, en las mujeres, que no tenían voz”. Así, Martín Gijón ha afirmado que “cuando una se pone a estudiar el pasado localizamos los lastres que tenemos ahora. De ahí viene, de una Sevilla que explotó y se hizo rica de repente con el Puerto de Indias, una ciudad que explosionó, creció la riqueza, pero también creció la desigualdad. Por eso la llamaban la Babilonia en relación al pecado, la lujuria...”.

Una urbe en la que las mujeres, según ha contado, sólo tenían tres caminos: casarse, meterse a monja o ser prostitutas. “El trabajo de un escritor es ponerse en el lugar del otro y darle voz. Le he dado voz a la mancebía y a las mujeres que vivían en los conventos. Me quería fijar en esos dos espacios, de ahí las protagonistas”. 

Por su parte Antonio Fuentes ha señalado que llegó a la novela histórica de casualidad. A través de un link de YouTube que le mandó su vecina de una charla que el padre de ésta dio en un instituto de Gelves sobre la Guerra Civil y la II Guerra Mundial. Un hombre que resultó ser el hijo del último alcalde republicano de Sevilla, Horacio Hermoso Araujo. “Ese video me cautivó, el cómo hablaba y después me di cuenta de mi propia ignorancia sobre la ciudad en la que vivo y ese periodo histórico”. Ahí surge algo fundamental: “la pasión que te genera algo, fue como una obsesión”.  

Fuentes empezó a preguntarse porqué conocía tan poco de ese tema, porqué ese silencio generacional y ha recordado un hecho que le contó el hijo de Horacio: “Él contaba que, con ocho años, estaban de vacaciones en Chipiona y Horacio se iba, lo veía a contraluz, su padre le dio un beso y él se hizo el dormido, eso lo persiguió toda su vida porque no lo volvió a ver”. Investigó durante cinco años, se encontró con preguntas que no tenían respuestas y aplicó al máximo la escrupulosidad que somete a su oficio.  

“En los libros de historia están los datos, pero en la novela puedes humanizar al personaje, me preocupaba como vivían ellos, esa primera experiencia de una democracia que duró cinco años, que se ve cortada por un golpe militar. Conocer la humanidad de esas personas y ver el paralelismo de la sociedad actual, con el fin de que seamos capaces de saber la verdad y no tengáis que heredar este trauma de hace 90 años”, ha afirmado.

Una novela que llega a un grado de detalle en el que el escritor pone hasta números de matrículas. “Peco de mi deformación profesional, un periodismo riguroso. La manera que tenemos de protegernos los periodistas es con el artículo 20 de la Constitución, ser lo más veraces posible. He hablado con historiadores que me han ayudado muchísimo a reconstruir esa historia familiar: investigar, cotejar datos, no creerse versiones oficiales y mucha curiosidad. Eso es lo que nos mueve, el hallazgo y la necesidad. Quise llegar hasta el extremo de poner matrículas porque realmente mi principal valedor era el testimonio personal de alguien que seguía vivo. Este hombre tenía una memoria prodigiosa y ha pasado toda su vida preguntándose quién era su padre, hasta el punto de que no tenía un padre, tenía un mito, que era difícil de desmitificar”. 

En su próximo trabajo, Antonio Fuentes tiene la misión de ponerse en el lado de los malos, “estoy descubriendo el mal y es más cotidiano de lo que parece, todos podemos ser malos dependiendo de las circunstancias y eso me asusta. Lo curioso es que el mal no es lo raro, sino el bien, como el caso de Horacio en ‘La huella borrada’”.

Para finalizar los alumnos han preguntado a los escritores acerca de sus procesos creativos y próximos trabajos. 

El próximo encuentro de novela histórica será este jueves, 16 de mayo, en el Centro Cultural Antonio Gala, a las 12.00 horas.

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